[Serie Conoce a Jesús] El Poder Del Nombre De JesúsMuestra

Hoy estudiaremos algunos de los títulos más relevantes otorgados a Jesús en el Nuevo Testamento. Tal es el caso del título Hijo de Dios. Jesús no se convirtió en el Hijo de Dios por adopción en algún momento de Su vida (o luego de Su muerte) o por méritos propios. Él es el Unigénito Hijo de Dios por naturaleza y desde la eternidad. El Señor se refirió a Sí mismo como el Hijo de Dios en cuatro oportunidades (Jn. 5:25; 10:36; 11:4; Apoc. 2:18). Solo la Deidad puede revelar Deidad. Solo la filiación eterna del Hijo puede manifestar la paternidad y el afecto eterno del Padre por ti y por mí.

Este título tiene conexión con otro título que recibe Jesús en el Evangelio de Juan: el Verbo (Logos). En el prólogo de Juan, Jesús es el preexistente Verbo de Dios (Jn. 1:1, 14) y en su epílogo, Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios (Jn. 20:31). A través de este título Jesús es identificado con la personificación de la sabiduría en Proverbios 8. Jesús vino al mundo a traer la gracia y la verdad de Dios. Todas las cosas fueron creadas a través de Él (Jn. 1:3), a través de Él somos hechos nuevos criaturas (2 Cor. 5:17) y es por Él que esperamos cielos nuevos y tierra nueva (2 Pe. 3:13).

El último título que estudiaremos hoy es Alfa y Omega. Las letras alfa y omega son la primera y la última letra del alfabeto griego respectivamente. Al decir que Jesús es el Alfa y la Omega (Apoc. 1:8; 22:13) estamos reconociendo que Él es el principio y el fin de todas las cosas. Este título habla de la eternidad de Jesucristo quien nacería en Belén pero cuyo “inicio” sería la eternidad (Mq. 5:2). Este título nos lleva a pensar no solo en la divinidad de Jesús sino también en Su soberanía sobre todos los asuntos de nuestras vidas.

Para Reflexionar:

¿Qué es lo que más te ha impactado del devocional de hoy? ¿Qué áreas de tu vida debes rendir al control de Aquel que es el Alfa y el Omega?

Oración:

Señor, te doy gracias por revelarme el amor del Padre. Gracias por ser la revelación de la gracia y la verdad de Dios. Ayúdame a rendir todos mis asuntos a Tus pies. Amén.