Justicia

Como en toda familia con niños pequeños, la relación entre hermanos tiene sus altos y bajos; en un momento pueden estar jugando y riéndose y al siguiente: ¡Bam! Toda esa diversión desaparece y la escena se torna dramática, hay llanto, frustración, y frases como: “mami, mi hermana me dijo esto…o mami, mi hermano no me quiere prestar su carrito…”.

Como padres, tenemos la responsabilidad de corregir y disciplinar desde el amor y de una manera justa. Sin embargo, en nuestro afán por dar un trato sin favoritismos, muchas veces nos equivocamos, y terminamos patrocinando e imponiendo precisamente lo que no queríamos y a quién no queríamos, y seguramente, se escucha la siguiente protesta: “Pero mami, ¡esto es injusto!”, causando dolor, rabia, tristeza.

Así mismo, en este mundo, las guerras, la violencia y la desigualdad entre otras cosas, hacen que el clamor por la justicia sea prioritario, debido a que estamos en un mundo caído en el que desafortunadamente, debemos vivir con las consecuencias del pecado de otros, así como otros deben vivir con las consecuencias del nuestro.

Y sí; esto es injusto.

La realidad es que no existe una sola persona sobre el planeta que sea completamente justa. (Romanos 3:10)

Todos hemos pecado y fuimos destituidos de la gloría de Dios. (Romanos 3:23 NVI)

La buena noticia, es que Dios sí es justo, y nos reveló Su justicia en Su propio Hijo, Jesús, quien siendo Dios, se hizo hombre, vivió entre nosotros y entiende perfectamente lo que implica ser humano, aunque sin pecado. (Hebreos 4:15)

Él murió en la cruz, un lugar que nos correspondía a todos; el justo por los injustos.

La justicia de Dios llega a nuestras vidas mediante la fe en Jesús, quien nos justifica. (Romanos 3:22)

Dado que la justicia es un atributo de Dios y debemos ser imitadores de Cristo, Él pide que caminemos en ella, que no permitamos que el pecado nos domine y que más bien nos ofrezcamos a Él como herramientas en Sus manos (Romanos 6:11-14), para abogar por un trato digno y justo hacia otras personas (Proverbios 31:9).

También, nos invita a no tomar venganza y en su lugar, dejar todo en Sus manos, teniendo en cuenta que Su justicia es perfecta. Algo que puede llegar a ser muy difícil, pero si confiamos, llegaremos a ver un fruto maravilloso (Romanos 12:19).

¿Qué es aquello por lo cual hoy le estás pidiendo al Padre justicia?