La vida de un líder de alabanzaMuestra

La adoración que lleva hacia Dios 

Ir a Dios cada día me hace recordar cómo nuestro pequeño hijo corre a mí cada mañana. Paso   tiempo con Dios diariamente. Nuestro hijo el mayor, que ahora tiene cinco, se despierta temprano para estar con su papá. Él está  expectante  acerca de  mi amor, esperando la  bienvenida y lleno de alegría porque me deleito en él. Corre y se sumerge en mi regazo, casi me aplasta contra la silla. 

Pienso en cómo este tipo de amor se refleja en nuestro Padre Celestial. Él nos llama por nuestro nombre, espera a nuestro abrazo, y nos sostiene en brazos de gracia. A diferencia del mundo, Él nunca nos ha dejado, y nunca, nunca nos abandonará. ¿Cómo vas a Jesús cada día? 

Salmo 119: 32 dice: "Por el camino de tus mandamientos correré, Cuando ensanches mi corazón".

Lamentaciones 3:23 nos dice que Sus misericordias son nuevas cada mañana. 

Hebreos 10:33 nos invita a "mantener firme la esperanza que profesamos, porque el que prometió es fiel".

Salmo 5: 3 declara: "Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré".

Cuando comenzamos a ver la personalidad y el amor del Padre, empezamos a ver a Dios con más claridad en Su compasión por nosotros. Adorar es no abandonar. Adorar es nunca estar solo. Adorar dirige a Dios y adorar es estar siempre con Dios.