La vida de un líder de alabanzaMuestra

Algo extraviado 

¿Sientes como que estás perdiendo algo? Tal vez sea un paso, tal vez es una señal, o tal vez es solo algo que está fuera de tu alcance. 

Proverbios 4:11 nos dice: "Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por veredas derechas te he hecho andar". Cuando lo buscamos con todo nuestro corazón, todo lo demás se desvanece. Nos quedamos con lo que es más importante, el mismo Jesús. 

¿Puedes encontrarlo en una canción? ¿Puedes escucharlo en la melodía de tu voz? "Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan" (Proverbios 8:17).

Creó nuestro ser más íntimo, nos ha formado y hecho maravillosamente (Salmo 139:13). Si esto es cierto, entonces el Hacedor de todas las cosas sabe precisamente lo que pedimos y buscamos. Lo que Dios desea en primer lugar es para nosotros buscar Su reino en Su camino. "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" (Mateo 6:33).

Pide a Dios en tu camino. La mayoría de las veces, lo mismo que  pides  eso es, y se hace verdad dentro de ti. ¿Por qué? Debido a que Dios lo puso ahí. ¿Cómo? Cuando Él te formó y te amó antes de que los cimientos de la tierra. ¿Qué es? La misma oración que está en la parte superior de tu corazón. Dios está tomando Su tiempo para dar forma a tus oraciones para estar en el redil de Su voluntad. 

Dios es el que mantiene nuestras vidas. Incluso cuando creemos que lo hemos perdido, lo hemos encontrado. “Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, y si corrieres, no tropezarás" (Proverbios 4:12). Nunca tropezaremos si Él es nuestra luz, nuestra guía y nuestra palabra. 

A medida que lo buscamos, Dios viene y nos encuentra. Él nos redime y nos reclama como suyos. Dios sabe exactamente dónde te encuentras. ¿Estás permitiendo que Él te encuentre en Su camino y en Su tiempo? 

"El Señor se apareció a nosotros en el pasado, diciendo: "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia" (Jeremías 31:3).