La vida de un líder de alabanzaMuestra

Escoge adorar hoy (como si hoy fuera el ultimo día)

Las decisiones que tomes se derivan de la raíz de tus valores. Cada día se presenta la oportunidad de determinar las decisiones que reflejan tu carácter. Cada noche hace eco de tu selección diaria de palabras, acciones y pensamientos. Al final de todo esto, ¿estás contento con tus opciones?

Cada noche pienso en el correr de eventos y reflexiono que fue bueno, no tan bueno o aún necesita mejorar. Es maravilloso cerrar los ojos cada noche sabiendo que en algún lugar a lo largo del tiempo se ha dado todo lo posible. Sin embargo, el fracaso y la ruptura puede dejar bordes ásperos como si nuestras camas estuvieran hechas de lijas.

Parece como si los acontecimientos y la historia del pasado se aferran a nosotros, ya que buscamos su determinación. No creo encajar en este tipo de pensamiento. Tampoco podemos librarnos de nuestros problemas o hacer caso omiso de ellos. Se necesita tiempo para sanar. Puede mejorar.

Cuando se plantan semillas en una temporada, no se ven sus efectos hasta la próxima, incluso más tarde. Es posible que no se vea en la superficie, pero por debajo hay vitalidad y el crecimiento.

"No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad" (Isaías 43:18-19).

El Padre es el único que puede ayudar a abrir los ojos para ver las cosas nuevas. Él es el sembrador, quien cultiva, y el hacedor. También tiene el poder de ayudar a cerrar los ojos a las cosas viejas y antiguas. Llevaron ante los fariseos al que había sido ciego.

"Y era día de reposo cuando Jesús había hecho el lodo, y le había abierto los ojos. Volvieron, pues, a preguntarle también los fariseos cómo había recibido la vista. Él les dijo: Me puso lodo sobre los ojos, y me lavé, y veo" (Juan 9:14-16).

La luz de Cristo como un Salvador, Su plenitud y la gracia, la capacidad y la voluntad muestran las maravillas del Evangelio, el camino que debemos andar y los deberes de piedad que debemos realizar.

"La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples" (Salmo 119:130).

Como una planta en la necesidad de crecimiento, Dios provee el suelo y la estabilidad para ayudarnos a estar de pie; no nuestra propia fuerza, sino en Cristo. Él hace un camino a través de los lugares desolados y nos lleva al nuevo día.

Incluso en la oscuridad, una planta todavía encuentra su camino a la luz. Sus hojas se vuelven verdes debido al poder de la luz, incluso mientras descansa. Por la noche, nos encontramos con un dulce descanso en la palma de las manos de Dios. Él nos da una bebida fría de la fuente del Espíritu, llenando nuestros corazones con el elogio. Cada día, aportando Su misericordia, tenemos nueva visión y un nuevo crecimiento.

Que vivamos cada día en Cristo, permitiéndole que haga lo mejor de nosotros mismos. En el proceso, puede florecer lo nuestro con fragancias dulces a Dios.

"Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas" (Juan 12:46).

Reflexión: ¿Qué estás albergando por la noche que obstaculiza tu adoración en el día? ¿Eres capaz de quitar las manos cuando se aferran desesperadamente al pasado y aferrarlas a Cristo? Como te renueva cada día, Dios hará surgir tu camino. ¿Estás listo para percibirlo?