¿Fuerza De Voluntad, O Fuerza en Su Voluntad?Muestra
El querer y el hacer, por su buena voluntad.
Saber que tanto el querer como el hacer se producen en nosotros por la buena voluntad de Dios y no la nuestra es, a la vez, un llamado a la acción y también al descanso. ¡Basta de pelear por nosotros mismos lo que Él solo puede producir! Eso sí, como consecuencia de una petición nuestra, porque Él no nos fuerza a nada. Espera pacientemente a que recurramos a los recursos de Su gracia, que van mucho más allá de lo que pedimos o entendemos (Efesios 3:20).
A pesar de ser psicóloga, creo poco (o nada) en la fuerza de voluntad del ser humano. Claro que, bajo ciertas fuertes motivaciones, o una férrea necesidad, se producen ciertos cambios en nosotros, pero casi siempre vienen más bien de modificar nuestras circunstancias alrededor, de ponérnoslo difícil para no caer en ciertas trampas, que de nuestra gran voluntad.
Pablo nos orienta en dos direcciones:
- Por una parte, la acción. Acercarnos a Dios y pedir que esa voluntad Suya ponga en nosotros el deseo y los hechos es un acto de obediencia. Tiene que ver también con ese “ocuparse” en la salvación con temor y temblor. No lo hacemos por nuestros recursos, igual que no nos salvamos por obras. Vivir a la luz de lo que Él quiere para nosotros, santos y en el camino de la santificación que nos acerca a ser más y más como Cristo, requiere de Su intervención en el Espíritu, pero Él no nos ha hecho autómatas, sino libres: quiere que le pidamos los recursos para ello.
- Por otro lado, nos orienta hacia el descanso. Pareciera una contradicción en términos respecto a lo anterior, pero no lo es. Ambos movimientos pertenecen a un mismo baile que vemos una y otra vez en la Palabra, entre la responsabilidad humana y la acción de Dios en nosotros. Incluso lo que podamos hacer o querer de bueno, comienza y termina en Él, pero Dios se ha placido en ese baile conjunto que nos lleva a imitar a Cristo.
Nuestros mayores problemas llegan cuando nos creemos demasiado fuertes y no contamos con Él en nuestros proyectos. Incluso los que nos parecen mejores no llegarán muy lejos si Él no nos acompaña. Sin embargo, cuando nos sabemos débiles, sin fuerza de voluntad suficiente, el poder de Dios se perfecciona en esa fragilidad y nos dice “Te basta mi gracia” (2ª Corintios 12:9).
Escrituras
Acerca de este Plan
Si con algo hemos luchado todos alguna vez es con nosotros mismos por nuestra escasa fuerza de voluntad. ¿Podemos creer realmente en este concepto? ¿O más bien la Palabra nos arroja luz en otra dirección, en la de nuestra incapacidad por nosotros mismos, pero en un tremendo fortalecimiento y posibilidades cuando partimos de SU voluntad? Explorémoslo juntos en este plan a través de varios pasajes de las Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://paraquenosvayabien.com/