En El Principio: Un Estudio en Génesis (Cap 1-14)Muestra

¿Dios castiga a las personas por sus pecados?

Después de la caída pecaminosa de Adán y Eva que dejó a toda la raza humana y la creación bajo la maldición, sus descendientes simplemente pecaron y murieron durante 1.656 años, según una lectura literal del Génesis. La mención de Enoc como la única persona que caminó con Dios proporciona una visión casi completamente sombría de la naturaleza y de la historia humana y sin esperanza si Dios no eligiera soberanamente comenzar de nuevo con Noé como un segundo Adán, a través del cual Dios comenzaría nuevamente su obra en la tierra estableciendo un pueblo para sí mismo.

Después de que Noé fue salvo por la gracia de Dios, construyó el arca de acuerdo con las instrucciones de Dios y cargó a su familia a bordo con los animales como Dios le ordenó. Se observa que las personas y los animales obedecieron a Dios, lo cual es inusual hasta este punto de la historia desde la caída (6:22, 7:5, 7:9, 7:10, 7:16). Así como los animales fueron llevados a Adán, ahora son llevados a Noé cuando Dios envió lo que probablemente fue la primera lluvia en la historia del mundo. La lluvia continuó durante cuarenta días hasta que cubrió la tierra ahogando a todos los pecadores bajo el justo juicio de Dios. Las únicas personas que se salvaron del diluvio fueron Noé y su familia porque, como dice Génesis 6:8, Dios les concedió gracia.

El tamaño del diluvio ha sido ampliamente debatido y las dos respuestas principales han sido una inundación local limitada al área general en la que vivió Noé, o una inundación universal que cubrió la faz de todo el planeta. Y, a primera vista, el relato del diluvio ciertamente parece ser de naturaleza universal cubriendo todo el planeta.

La pregunta sigue siendo, ¿qué tan grande fue el diluvio? Simplemente diría que la inundación fue lo suficientemente grande. El objetivo del diluvio era juzgar a los pecadores. Dado que la raza humana no se había extendido por toda la tierra, la mayor parte de la tierra no estaba habitada y no lo estaría hasta que Dios dispersara a la humanidad en Génesis 11. Por lo tanto, para cumplir el propósito de Dios de juzgar a todos los pecadores caídos, el diluvio simplemente necesitaba ser lo suficientemente grande para cubrir a todas las personas que vivían en la tierra. Por lo tanto, ya sea que el diluvio fuera universal o que simplemente cubriera el área en la que todos vivían, fue lo suficientemente grande como para lograr el propósito de Dios de poner fin a todo el pecado y a los pecadores, excepto a Noé y su familia, quienes fueron salvos por gracia.

Después de que el diluvio disminuyó y Dios secó la tierra, Noé y su familia salieron del arca. Entonces, Noé hizo algo extraordinario que debemos ser conscientes de notar y apreciar. En Génesis 8:20 leemos: “Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales puros y aves puras”.

Después de reconocer la devastación que Dios causó en la tierra, Noé se convenció de su propio pecado sabiendo que él también debería haber sido matado como todos los demás. Esto no fue un mandato de Dios, sino más bien un acto de adoración del propio corazón de Noé. Así que ofreció una holocausto por la expiación de su pecado (NOTA: p.ej. Levítico 1:4; Job 1:5). Dios estaba tan complacido con la ofrenda de expiación de Noé que respondió prometiendo no volver a inundar la tierra nunca más, ya que la respuesta al pecado sería en adelante la expiación que anticipaba la muerte de Jesús por el pecado.

Pregunta:

1. ¿Qué revela el diluvio sobre el destino inevitable de aquellos que persisten en el pecado sin arrepentirse? ¿Hay alguien que no conoce a Cristo por quien puedes orar y hablar acerca de Jesús?