[Sigue Caminando: El Poder De La Perseverancia] Perseverando en El DolorMuestra
¿Será que de verdad fracasamos?
Si de verdad estamos en Cristo y permanecemos en él, ninguna prueba espiritual está diseñada para hacernos fracasar. La prueba de nuestra fe está diseñada para impulsar nuestra fe y nuestra capacidad de soportar el sufrimiento. En Cristo, no reprobamos las pruebas, pero se nos exige que las atravesemos nuevamente, si no pudimos aprender de ellas o no comprendimos por qué fuimos puestos a prueba en primer lugar. La Biblia nos dice que una persona justa puede caer siete veces, pero se levantará. El Señor nos sostiene; él nos sostiene con su diestra.
La cantidad de caídas es lo que nos lleva al éxito, ya que los fracasos son mucho más comunes que los éxitos, la pobreza mucho más generalizada que la riqueza y las decepciones mucho más normales que los logros. Por tanto, debemos prepararnos para el fracaso. El fracaso es una cosa segura. Prepararnos para las pruebas significa aceptar la realidad y la frecuencia de los eventos dolorosos. Pero también requerirá de la voluntad de resistir y de perseverar.
Al igual que el dolor, el fracaso también sigue un proceso que incluye comparación, racionalización, culpa, justificación y amargura. Estas reacciones, aunque normales, son negativas y ciertamente no constructivas. Estas reacciones tan normales y comunes pueden mantenernos en un pozo de desesperación, impidiéndonos superar las pruebas. No puedes comparar tu situación con la de otra persona, ya que ningún otro individuo tiene tus antecedentes, temperamento, personalidad, oportunidades y desafíos. Por lo tanto, ¡no te compares con los demás! Podrías terminar justificándote o siendo demasiado duro contigo mismo. Si sucumbes a la culpa, te quedarás atorado. Además, la culpa solo te deprimirá. Finalmente, el proceso de comparación solo conduce a una caída más profunda. El camino hacia arriba es examinar las decisiones que te llevaron al fracaso. Debes tomar nota de tus errores. El camino hacia arriba se logra pidiendo sabiduría, tal como el apóstol Santiago nos dice que hagamos cuando enfrentamos pruebas. Él nos anima a pedirle sabiduría a Dios cuando enfrentamos diversas pruebas porque Dios puede darnos la interpretación correcta de nuestros errores.
El verdadero problema cuando nos enfrentamos al fracaso es cuánto tiempo pasamos lamentándolo. El lamento siempre nos hace mirar atrás y quedarnos allí. Necesitamos mirar hacia adelante. Se nos ha dado el don de la fe para esperar que la buena y perfecta voluntad de Dios sea hecha en nuestras vidas.
Acerca de este Plan
En la vida, el fracaso es más común que el éxito. Dios usa las pruebas y el dolor para purificarnos, y también para restaurarnos y llevarnos a alturas mayores. El éxito nos hace sentirnos orgullosos, pero el fracaso nos hace humildes y mejor preparados para poder confiar en el Señor. El fracaso es lo que Dios usa para elevarnos a un lugar de completa confianza en él.
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Nos gustaría agradecer a Gregg Matte por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://houstonsfirst.org/