El Trabajo Es Un Don De La Gracia Muestra

Gracia de Dios

El trabajo es lo que consume la mayor parte de nuestras horas semanales de actividad. Para muchos, es lo que da sentido a nuestras vidas. Nos entusiasma o nos agota. Incluso vamos a la escuela y obtenemos títulos para especializarnos y hacer nuestro trabajo aún mejor. Aunque algunos se enfocan en ámbitos específicos de trabajo, otros se encuentran en su trabajo preguntándose cómo terminaron allí. ¿Alguna vez nos hemos parado a pensar en nuestro trabajo desde una perspectiva bíblica adecuada? 

El trabajo nos fue dado como un regalo de gracia de Dios mismo. A lo largo de las Escrituras se habla del trabajo como un regalo. Para entender mejor el don del trabajo, primero tenemos que echar un vistazo rápido a la palabra «gracia». Aunque tiene múltiples significados, en el contexto de un regalo, algo que se da a otro, significa «favor inmerecido». Esta gracia que se nos da no se gana, ni se compra, ni se merece. 

En el libro de Génesis, vemos que Dios, por su amor misericordioso hacia nosotros, nos bendijo con trabajo. La Palabra de Dios tiene mucho que decirnos sobre el trabajo que hacemos. Empezando por el Jardín del Edén, las primeras personas que trabajaron fueron Adán y Eva. A través de este plan, rastrearemos algunos de los principales pasajes de las Escrituras que nos hablan del trabajo para el que fuimos dotados y creados. Mi oración es que veamos nuestro trabajo desde una perspectiva diferente. Quiero que transformemos la forma en que vemos el lugar de trabajo y comprendamos la bendición que tenemos de trabajar. Después de todo, es donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y energía. 

«Gracias, Padre, por darme un trabajo. Gracias por la oportunidad de trabajar. Concédeme comprensión y una nueva perspectiva sobre el trabajo que hago aquí en la tierra para servirte mejor. Gracias por la gracia inmerecida que derramas diariamente en mi vida. En tu nombre te pedimos, amén».