Sin ofender Muestra
Una economía indignada
Parece que la única cosa que se necesita para ser indignado u ofendido es brevemente ojear las redes sociales. Lo vemos en nuestros página de inicio: amigos peleando en Facebook, titulares de noticias polémicos, y familias que ya no se hablan debido a algo que alguien publicó.
Y la verdad es que la indignación vende. Los titulares polarizadores reciben más clics, así que los medios de comunicación siguen escribiéndolos. La cultura de la cancelación hace que la gente hable, y eso financia los ingresos de publicidad.
Entonces, ¿qué tiene la indignación que hace que estemos comprometidos?
Puede que no lo admitamos fácilmente, pero a muchos de nosotros nos gusta estar enojados. Quizás no disfrutemos de los conflictos cercanos, pero a menudo nos gusta tomar una postura o elegir un lado.
Como cristianos, a veces etiquetamos nuestro enojo como “recto", excusándolo cuando pensamos que es por una buena causa. Y aunque el enojo recto es un concepto bíblico, vale la pena preguntarnos: ¿El enojo que siento realmente es recto o es solo una excusa para mostrar que tengo razón?
Mira lo que dice Santiago 1:19-20 NVI:
… Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, pero no apresurarse para hablar ni para enojarse; pues el enojo de una persona no produce la vida justa que Dios quiere.
A veces el enojo es bueno. Cuando algo lastima a uno de los hijos de Dios, definitivamente debemos enojarnos. Pero ese enojo necesita resultar en actos de amor y compasión, no de orgullo y división.
En última instancia, el enojo santo nos inspira hacer algo para ayudar. El enojo humano nos inspira a hacer algo que lastima.
Entonces, pensemos en nuestra indignación por un momento. ¿Es posible que nuestro enojo a menudo sea avivado por el orgullo?
Porque la cosa del enojo es que a menudo nos convence de que tenemos razón. Y si tenemos razón, eso quiere decir que ellos están equivocados. Y si ellos están equivocados, nosotros ganamos. Y esa sensación de ganar, de estar en el lado correcto, o de alabarnos por nuestro buen comportamiento, en realidad aviva nuestro orgullo.
Y como Proverbios nos dice varias veces, el orgullo siempre viene antes de la destrucción.
Entonces ¿cómo respondemos a una economía indignada? ¿Cómo vivimos como gente imperturbable en una cultura que se beneficia y prospera de la ofensa?
Santiago nos da un buen consejo más:
"Por esto, despójense de toda inmoralidad y de la maldad que tanto abunda, para que puedan recibir con humildad la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles" Santiago 1:21 NVI.
Aceptando humildemente y viviendo de la Palabra nos da la paz y el poder para ser diferente del mundo. Pero no se trata solo de conocer la Escritura, sino de hacer lo que dice.
Entonces, en los próximos días, exploraremos por qué nos enojamos, qué podemos hacer con nuestro enojo, y cómo podemos llegar a ser imperturbables. Hoy, pasa un rato pensando en estas preguntas:
- A menudo, ¿mi enojo está avivado por la rectitud o mi deseo de tener razón?
- ¿Mi enojo ayuda o lastima a los demás?
- ¿Con qué frecuencia es el orgullo la fuente de mi enojo?
Ora: Dios, te agradezco que a través de Cristo no hay condenación. Ayúdame a recibir completamente Tu gracia y misericordia para que pueda extenderla a los demás. Revélame las áreas en mi vida en las que esté albergando un enojo no recto, y ayúdame a entregarlo a Tus pies. Purifícame de cualquier cosa que no te complazca y ayúdame a aceptar humildemente y vivir de Tu Palabra. En el nombre de Jesús, amen.
Acerca de este Plan
Desde el último titular de las noticias a los comentarios de las redes sociales, hay un montón de oportunidades para ser ofendido todos los días. Pero, ¿y si decidimos responder de otra forma? En este Plan bíblico de 7 días, acompañando a la serie del pastor Craig Groeschel, Sin Ofender, descubriremos cómo rendir el enojo que nos ha estado retrasando y manteniendo a otros como rehenes.
More