BUSCA LA SABIDURÍA PARA QUE NO TE HAGAS NECIO

Repetidamente a través de los Proverbios se menciona a los necios y a los sabios como grupos contrarios. Se habla de los sabios como aquellos que buscan la voluntad y el conocimiento de Dios, que buscan lo recto y cumplir con obediencia en todo momento. Por el contrario, se habla de necios como quienes buscan su propio bien, desechan la voluntad y el conocimiento de Dios y buscan los caminos malos. Habiendo entendido esto, podemos entender que la humildad, es una de las cualidades más importantes de los sabios.

Sin importar cuánto tiempo tengas en el cristianismo o cuánto conocimiento de la Palabra tengas, saber que tu propio criterio y tus propias decisiones nunca serán mejores que las de Dios y seguir Su voluntad, es una forma de humillarse a uno mismo. Es ese sometimiento a Dios el que demuestra nuestra humildad. En los versículos que leímos hoy, se les aconseja a los sabios no intentar enseñar o corregir a los necios, porque al ser personas que no son humildes en esa área, en vez de tomar la enseñanza, la desechan o se ofenden y continúan viviendo de la misma forma. Quienes realmente son sabios, saben identificar las buenas enseñanzas y aprender de ellas.

Quisiera que hoy analizaras esto y te preguntaras ¿Has sido un sabio o un necio? ¿Has estado abierto al conocimiento y consejo que otros pueden darte o lo has negado o desperdiciado por tu propio conocimiento? Es importante no solo aprender a recibir la enseñanza de Dios, si no aprender también de la sabiduría de otros hombres y mujeres de Dios que han recorrido por más tiempo el cristianismo y han dado frutos evidentes de que viven una vida de devoción al Señor. Muchos de ellos han pagado un precio mayor de intimidad con Dios del que nosotros hemos pagado y eso los ha llevado a conocerlo de formas que no todos lo han hecho. Aprendamos a ser humildes para aprender de otros. Si no lo has hecho hasta hoy, nunca es tarde para empezar a aprender.