Poder AbsolutoMuestra

Los que Dan, Reciben 

Si algo dentro de ti se resiente por dar, ese algo no es de Dios.

Dios ha creado un mundo donde no es posible recibir algo sin dar algo. Dar es la única prueba que tienes de que la codicia no se ha convertido en un cáncer en tu alma. 

Piénsalo. Cuando vas a tus grandes almacenes favoritos y encuentras una camiseta que te gusta, ¿qué haces? Llevas la camiseta a la caja registradora y entregas algo de dinero al vendedor. Él o ella se queda con el dinero y te da una bolsa de plástico con tu camisa nueva adentro. Lo siguiente que sabes es que estás fuera de la puerta sin hacer sonar ninguna alarma. 

Esas alarmas son la clave, porque si recibes sin dar, se llama hurto. 

Muchos cristianos están robando en las tiendas de la iglesia. Vienen a la iglesia los domingos para recibir sin dar nada a cambio. Vienen para ser sanados, para que sus matrimonios se salven, sus hijos se arreglen y sus negocios vuelvan a su curso. Sin embargo, cuando pasan el plato de la ofrenda, evitan el contacto visual, murmuran algo sobre dar en línea y ponen una limosna, aunque acaban de recibir su bono de fin de año. 

¿Has oído hablar del principio de Pareto? Esta es la regla 80/20 y lamentablemente se aplica a las iglesias y no solo a las economías. Este principio dice que el ochenta por ciento de la producción proviene del veinte por ciento de la entrada. En otras palabras, el ochenta por ciento de la carga es transportada por el veinte por ciento de las personas. 

El principio bíblico es muy claro: “Dad, y se os dará” (Lucas 6:38 RVR60). Hasta que no dé, no califico para recibir el poder de obtener riqueza. 

La próxima vez que llegue el plato de la ofrenda, considérelo como su oportunidad de prosperar. Reconozca que la decisión que está a punto de tomar determinará su futuro financiero. Si das generosamente, Dios abrirá las ventanas de los cielos y te bendecirá con bendiciones que no se pueden contener. 

Dios anhela bendecirlo con una gran ola de bendiciones, pero no puede bendecir lo que no se ha dado. Deuteronomio 28:2 dice: “Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces la voz del SEÑOR tu Dios”. No obtienes el "entonces" sin el "si". Pero si obtienes el "si" - si obedeces a Dios, "entonces" aguanta porque Dios está a punto de abrir ¡los almacenes del cielo! 

Serás bendecido en la ciudad y bendecido en el campo, bendecido en el trabajo y bendecido en casa, bendecido en tus finanzas y bendecido en tu mesa, bendecido entre amigos y bendecido entre tus enemigos.