Poder AbsolutoMuestra

Asesinos de la Comunicación 

Creo que hay "asesinos de la comunicación" que impiden una comunicación clara y eficaz la cual es necesaria para que tengamos relaciones exitosas. Echemos un vistazo a los cinco primeros asesinos de la comunicación. 

El primer asesino de la comunicación es el temor. La comunicación florece en la base de la confianza. Cuando uno de los cónyuges intenta imponer su punto de vista al otro, se produce una dictadura emocional. Curiosamente, a menudo no es la persona más fuerte en la relación la que empuja su punto de vista al otro, sino más bien la parte más insegura. Las personas inseguras son dogmáticas; no pueden estar equivocadas. Son demasiado débiles emocionalmente para permitir que nadie esté en desacuerdo con ellos. 

La comunicación sana y eficaz requiere desnudez emocional; pero eso es imposible donde el dominar y la inseguridad están presentes. Para exponerse a otra persona, primero debe saber que lo escuchará, lo respetará y no lo hará sentir avergonzado o como un tonto. 

La segunda causa de la comunicación es una falta de honestidad. ¿Ha distorsionado alguna vez los hechos para que sean compatibles con su punto de vista? ¿Cómo funciona esto en la vida real? 

Dos niños estaban jugando al fútbol en un parque de un pequeño pueblo de Texas cuando uno de los niños fue atacado repentinamente por un pitbull enloquecido. Pensando rápidamente, el otro chico tomó un palo y lo metió dentro del collar del perro, torció el palo y rompió el cuello del perro, salvando la vida de su amigo. Un cronista deportivo que pasaba presenció el incidente y vino a entrevistar al chico. Abriendo su libreta de reportero, le dijo al niño que iba a escribir una historia para el periódico. 

Dijo que iba a titular el artículo: "Un joven fanático de Texas Longhorn salva a un amigo de un animal salvaje". El niño protestó: "Pero no soy fanático de los Longhorn". El periodista deportivo dijo: “Bueno, todos en Texas son fanáticos del Longhorn o de Texas Aggie. Así que encabezaré el artículo, 'La lucha contra Texas Aggie rescata a un amigo de un ataque horrible'. ¿Como suena eso?" El niño dijo: "Eso tampoco me gusta". El periodista deportivo dijo: "Bueno, ¿por qué no?" El niño dijo: "Porque soy de Oklahoma y creo que los Oklahoma Sooners son el mejor equipo de fútbol de Estados Unidos". El periodista deportivo frunció el ceño, arrancó una hoja de sus notas y comenzó a escribir un nuevo título: "Un pequeño campesino salvaje de Oklahoma mata a la mascota amada de una familia". 

Eso es lo que llamas torcer los hechos para respaldar tu narrativa preferida. Se honesto. 

Un tercer asesino de la comunicación es la explosión del enojo. Es un hecho comprobado que los sentimientos profundos deben expresarse, de una forma u otra. Piense en ello como intentar sostener una pelota de playa bajo el agua. Puedes luchar, moverte de lado a lado, incluso intentar sentarte en él, pero eventualmente saldrá a la superficie como el Monte Vesubio. Al igual que esa pelota de playa, todas las emociones profundamente sentidas que no se expresan de manera saludable, tarde o temprano estallarán, y créeme, no será bonito. 

Un cuarto asesino de la comunicación son las lágrimas. Conozco tanto hombres como a mujeres que han utilizado esta táctica con eficacia. Si durante la primera riña una pareja de recién casados ​​hace que la esposa comienza a llorar, ella le está enseñando a su esposo que hay una línea que no puede cruzar o ella llorará. En ese momento la comunicación se detiene y comienza el control. 

El quinto asesino de la comunicación es la exageración. Has escuchado la trágica historia del niño que lloró lobo. Bueno, déjame contarte la historia de un niño que gritó "león". Tenía seis años cuando entró corriendo a la casa gritando: "¡Madre, hay un gato en el patio trasero que es tan grande como un león!" La madre regañó al niño y dijo: “Te lo he dicho una vez y te lo he dicho cien veces; ¡deja de exagerar! " 

Ella lo envió a su habitación y le dijo que le pidiera al Señor que lo ayudara con su problema de exageración. Diez minutos después, el niño salió de su habitación. Su madre dijo: "¿Y bien?" El niño dijo: “Hablé con Dios al respecto. ¡Y me dijo que la primera vez que vio a ese gato, también pensó que era un león! 

Temor, falta de honestidad, explosión de ira, lágrimas y exageración. Estos son asesinos de la comunicación.