Corazón De DiscípuloMuestra

5. Amantes de su presencia.

Oren sin cesar. (‭1 Tesalonicenses‬ ‭5‬:‭17‬) 

Una de las características que más amo de tener un corazón de discípulo es que nunca entramos en el conformismo, entendemos que siempre hay motivos para orar y pasar tiempo en la presencia de Dios y aunque no haya motivos sabemos que no hay nada más importante en la vida que estar a solas con tu Padre y charlar con Él. 

Los discípulos no se quedaron enfocados en el día de Pentecostés y el recibimiento del Espíritu Santo, sabían que a partir de ese momento era cuando más debían orar y buscar la presencia del Señor. La clave no es ser llenos, es mantenernos llenos y buscando cada día esa nueva unción fresca del Espíritu Santo. Esto se logra orando y no por cumplir una rutina diaria de oración, sino pasando tiempo de calidad en la presencia del Señor. 

El mayor ejemplo lo tenemos en el maestro de maestros, Jesucristo, era Dios mismo, pero también era hombre y nunca mandó a los suyos a hacer algo que Él no modelara. Nos emocionamos mucho al leer de la calidad de comunión de los discípulos en el libro de los hechos, pero no olvidemos que todo eso lo aprendieron del mejor de los mejores.

Un hombre o una mujer con un corazón de discípulo sabe que después de la Bendita Palabra del Señor, lo que mantiene vivo su llamado es la presencia de Dios y mantener la llama encendida a través de la oración, la adoración y las abalanzas al Dios de los cielos, el Santo de Israel. 

Jesús les refirió también una parábola acerca de la necesidad de orar siempre y no desmayar. (‭Lucas‬ ‭18‬:‭1‬)