Corazón De DiscípuloMuestra
1. Señor, ¿qué quieres que yo haga?
Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer. (Hechos 9:6)
Siempre diré esto, cada vez que leo acerca de la conversión del Apóstol Pablo siento que estoy leyendo de mi propia conversión al Señor. Quizás ahora te surge la siguiente pregunta, ¿por qué dices eso? Porque durante mucho tiempo de mi vida viví contrario a la voluntad de Dios pensando que estaba haciendo las cosas bien y lo mismo pensaba Saulo (Apóstol Pablo), y por la más grande de las razones para tu servidor que fue tener un encuentro directo con la voz y la presencia de Jesucristo en la intimidad de mi habitación, Él me llamó y me buscó, nunca fue voluntad propia. También hubieron otros motivos que prepararon el camino como la conversión de mi papá que ablandó mi corazón, pero la cereza del pastel fue ese encuentro.
Al poco tiempo de mi conversión, luego de bautizarme y antes del primer año ya ardía en mi corazón el llamado a la obra de Cristo, pero no tenía ni la mínima idea de qué hacer para Él y su Reino, lo que si tenía claro era que yo no quería ser un cristiano normal y tradicional ocupando un banco en la iglesia y nada más, quería ser un discípulo. Pero ojo, ser un discípulo requiere un tiempo de preparación y capacitación, necesitamos ser discipulados e instruidos en la palabra del Señor, no podemos dar de lo que no tenemos.
Todo hijo de Dios es un ministro, sí, eres un/a ministro. Estamos acostumbrados a llamar ministros a los Apóstoles, Pastores, Profetas, etc. pero cada hijo de Dios es un ministro. El significado de la palabra ministro no es más que SERVIDOR, si, lo pongo en letra grande para que entendamos que no es “dios”, sino Servidor, ósea, disponible al prójimo, dispuesto a apoyar y satisfacer necesidades, no “ego”.
¿Qué quieres que yo haga?
Esta es la pregunta que todo hijo de Dios debería hacerle a su Padre. Dios tiene una asignación especial para cada uno de nosotros, naciste con un propósito y sea en tu propio ministerio o dentro de uno ya establecido, ese propósito se cumplirá en tu vida.
Pero... necesitamos con certeza saber para qué estamos aquí en la tierra luego de que nos hemos convertido al Señor, no debemos andar al azar, un tiempo en una obra y un tiempo en otra. Dice una frase: el que mucho abarca, poco aprieta. Cada ministro de Jesucristo que ha llegado lejos es porque se ha enfocado y ha puesto su vida en el llamado y ministerio que le fue dado.
¡Conoce a tu Señor, su propósito contigo y dale lo mejor de ti, es lo que Él espera!
Escrituras
Acerca de este Plan
Hola amigos, en este plan quiero enseñarte de parte de Dios lo que es tener un corazón de discípulo dispuesto a dar lo mejor de sí por Jesús. Estoy seguro de que si lees este plan con la perspectiva correcta tu vida de fe dará un giro.
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Nos gustaría agradecer a Atalayas del Reino por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/evangedwardtavarez/