Del Desierto a La Tierra PrometidaMuestra

La palabra de Dios debe estar en el corazón de nuestra familia

Deuteronomio 6:4–9 está lleno de las guías más importantes de Dios para nuestras vidas. El versículo 4 contiene el fundamento teológico de nuestra fe y el versículo 5 es el mandamiento más importante de la ley. Los versículos 6-9 son los pasajes cruciales sobre la crianza de los hijos en la Biblia. Cuando Dios se refiere a la crianza de los hijos, empieza por el corazón de los padres, no por el de los hijos.

Dios nos está diciendo: Primero, enfócate en tu propio corazón. Estos mandamientos deben estar en tu corazón. Antes de que estén en el corazón de tus hijos, deben estar en el tuyo. Modela lo que quieres ver en tus hijos. Si quieres que tus hijos amen a Dios y obedezcan a Dios, deja que comience contigo. La primera tarea de la paternidad está aquí: amar y obedecer a tu Dios. La palabra clave es la autenticidad. Los padres no tienen que ser perfectos, pero sí tienen que ser auténticos. Sean el tipo de persona que quieren que su hijo llegue a ser. La esencia de la paternidad no es lo que hacemos, sino lo que somos. El objetivo no es cambiar a tus hijos, sino cambiarte a ti. O, más exactamente, dejar que Dios te cambie a ti.

Albert Schweitzer, un brillante filósofo, matemático y médico que pasó gran parte de su vida como misionero en África, dijo una vez: «Sólo hay tres maneras de enseñar a un niño. La primera es con el ejemplo, la segunda es con el ejemplo y la tercera es con el ejemplo».

En cierto modo, la crianza de los hijos es una tarea abrumadora. Hay tantos principios que conocer y seguir. Necesitas más sabiduría de la que tienes. Sin embargo, de alguna manera, la tarea es simple: Sé la persona que Dios quiere que seas. Sé un hombre o una mujer que ama a Dios y obedece a Dios con todo tu corazón. Sé la clase de persona que quieres que tus hijos sean.