Nuestro viaje diario: una caminata de 30 días con JesúsMuestra

Prematuro

Nacido a las 34 semanas, tenía 3 libras de milagro. Tubos y alambres se extendieron desde su diminuto cuerpo para monitorear su progreso constante. Su visión estaba restringida por una máscara de gasa suave para proteger sus ojos de la luz de bilirrubina. A menudo se frustraba con todo el equipo que restringía su movimiento. Pero cuando su padre llegó a través de la abertura en la incubadora y tomó con cuidado la diminuta cabeza de su hijo en su gran mano, el poderoso guerrero en forma de bebé se quedó inmóvil y se quedó dormido.

La escritura nos dice, "Podemos hacer nuestros planes, pero el Señor determina nuestros pasos" y "sus intenciones nunca pueden ser sacudidas" (Proverbios 16: 9, Salmo 33:11). Pero en un mundo donde las opciones parecen extenderse infinitamente, nos convencemos de nuestra propia infalibilidad. Construyendo y deconstruyendo, suavizamos los caminos de nuestras vidas lo mejor posible, y cada vuelta en el camino nos lleva de regreso a nuestras propias habilidades. Planes y planes de respaldo, nuestro objetivo final es la eliminación de la imprevisibilidad. Olvidamos la soberanía de Dios—hasta que surge una crisis.

Un nacimiento prematuro, una muerte inesperada, cualquier número de cambios que no anticipamos nos recuerdan nuestra fragilidad (Isaías 51: 6). No tenemos el control.

Al igual que un bebé prematuro—que posee lo que necesita para prosperar, pero que aún no se ha desarrollado—llevamos la imagen de lo que algún día llegaremos a ser. Pero mientras esperamos con esperanza—a menudo sin ver y confundidos—Dios se acerca a nosotros en nuestros momentos más profundos de necesidad y nos toma en Su mano (Isaías 51: 12,16). Aquí, mientras esperamos, aprendemos a descansar en la esperanza porque "el Señor resolverá sus planes para [nuestras vidas]—porque su fiel amor, Señor, perdura para siempre" (Salmo 138: 8, ver también Isaías 51: 7 -8,11). —Regina Franklin

MÁS: Lee Romanos 8: 10-28 y considera cómo podemos experimentar una esperanza práctica, dada por Dios, de lo que aún no podemos ver.

SIGUIENTE: ¿Cuándo un evento en tu vida pareció prematuro? ¿De qué manera Dios te demostró su esperanza de sustento?