Nuestro viaje diario: una caminata de 30 días con JesúsMuestra

Alabanza en el dolor

Kim Nguyen se estaba preparando para sus exámenes de doctorado del Antiguo Testamento cuando supo que necesitaría cirugía en sus ojos. Ella debía haberse recuperado en 2 semanas, pero 6 meses más tarde ella todavía no podía ver. Temía que su sueño de enseñar la Biblia se estuviera escapando. ¿Cómo iba a escribir su tesis si ella no podía ver? ¿Cómo encontraría trabajo para pagar sus préstamos estudiantiles?

Al final de su día más oscuro, Kim encontró esperanza en el libro de Lamentaciones. La nación de Israel había sido devastada y saqueada por los babilonios (Lamentaciones 5:11). El templo y los palacios habían sido quemados, dejando Jerusalén "vacía y desolada, un lugar frecuentado por chacales" (Lamentaciones 5:18, 2 Crónicas 36: 17-20). No quedaban más que lágrimas y un lastimero grito de alabanza. Lamentaciones termina con un grito desafiante de los escombros. "¡Pero Señor, tú permaneces igual por siempre! Tu trono continúa de generación en generación... ¡Restáuranos, Señor, y devuélvenos a ti otra vez! ¡Devuélvenos las alegrías que alguna vez tuvimos!" (5: 19-21).

Kim se dio cuenta de que no todo lo de valor se perdió. Ella pudo haber perdido la vista, pero ella no había perdido a su Señor. Ella afirmó ese cierre de alabanzas en Lamentaciones como suyo, y oró, "Señor, yo no entiendo por qué no has sanado mis ojos. Te ruego que me des todo lo que quieras. Pero de cualquier manera, quiero que sepas, que todavía eres lo mejor que he podido tener."

Kim dijo esas conmovedoras palabras en una reunión de la capilla. Dios finalmente respondió su oración, y ella ahora es una colega en la universidad cristiana donde enseño. Pero incluso antes de saber que ella sería sanada, eligió alabarlo en el dolor. ¡Que busquemos a Dios y Sus caminos fieles cuando el dolor se cruce en nuestro camino! —Mike Wittmer

MÁS: Lee el Salmo 34: 1-22 para aprender cómo alabar a Dios en medio del dolor.

SIGUIENTE: ¿Necesitas clamar a Dios por algo? ¿Cómo podría ser tu lamento un acto de fe?