Nuestro viaje diario: una caminata de 30 días con JesúsMuestra

Aprendiendo a confiar

Cuando era niño, me preocupaba hacer amigos en la escuela. Como estudiante universitario, me preocupaba conseguir trabajo después de la graduación. Hoy, me preocupa la salud de mis padres y si mis libros se venderán.

¿De qué te preocupas? Tómate un momento y haz una lista mental. Algunas de tus preocupaciones pueden ser similares a las mías.

Jesús nos dijo "no se preocupen por la vida cotidiana" (Mateo 6:25) y dijo que hay dos buenas razones para ello. Una razón es práctica: cuando nos preocupamos, desperdiciamos energía en algo que puede que nunca suceda. Observa cómo muchas de tus preocupaciones se relacionan con el futuro—que puedes quedarte sin trabajo, nunca te casarás, o tu proyecto fracasará. El hecho es que la mayoría de las cosas que nos preocupan no han llegado a buen término, y preocuparse no aporta ni una onza de diferencia en las que lo hacen. "¿Pueden todas tus preocupaciones agregar un solo momento a tu vida?" Jesús preguntó (v.27). Ellas no pueden. "Así que no se preocupen por el mañana", Él dijo. "El problema de hoy es suficiente para hoy" (v.34).

La otra razón es teológica: la preocupación niega que Dios satisfaga nuestras necesidades a través de Su poder y bondad. ¡Jesús dijo que a su Padre "le importa tanto" toda la creación, incluyéndonos a nosotros! (v.30). Y Él también "conoce [nuestras] necesidades" y nos dará "todo lo que [nosotros] necesitamos" (vv.32-33).

Para hacer su punto, Jesús proporcionó una meditación guiada sobre el mundo natural. "Mira los pájaros" Él dijo. Mira cómo Dios los "alimenta" (v.26). "Mira los lirios del campo," Él agrega. Miren cuán bellamente vestidos están (vv.28-29). Dios está activo en este momento, proveyéndole a la creación. Si él cuida tiernamente de pájaros y flores, ¿No cuidará Él de ti, Su hijo?

¿Podemos confiar en Dios con las necesidades y desafíos actuales. Porque Él es real y Él está allí, y es mucho mayor que nuestras preocupaciones fantasma. —Sheridan Voysey

MÁS: Lee Filipenses 4: 6 y considera lo que Pablo nos ordena que hagamos con nuestras preocupaciones.

SIGUIENTE: ¿Cuántas de tus preocupaciones se refieren al futuro? ¿Qué aportan el poder y la presencia de Dios, mientras buscas confiar en Él en lugar de preocuparte por lo que pueda pasar?