Dios Sigue HablandoMuestra
Cuando escuchamos la palabra tentación, inmediatamente pensamos en el pasaje de los evangelios que menciona las tentaciones que le hizo Satanás a Jesús.
Y las razones que ponían a Jesús en posición vulnerable eran las mismas que nos expondrían a todos hoy:
- El hambre (Mateo 4:2-4)
- El ego y orgullo (Mateo 4:6-7)
- La ambición (Mateo 4:8-10)
Con solo estas 3 causas, podemos sentarnos delante del pastor y "justificarle" las reverendas caídas diarias;
Para ser muy honesta, yo creo que muchos hemos logrado parecernos más a Jesús, por haber entendido con su ayuda y poner en claro a nuestro espíritu, que el pan diario viene de Dios más que de mi salario o de los "extras" que se me ocurran para conseguirlo.
En el pasaje de hoy, podemos ver otra tentación más sutil y con un poder y peso enorme: la tristeza.
No estoy hablando de cualquier tipo de tristeza, de esas que solo el día lluvioso trae o por la falta de recursos; sino aquella bien fundamentada: ¡*vas* a morir!
Sí, lo dije bien: ¡VAS a morir!
Jesús sabía que ese era su propósito en este mundo, y la tristeza lo invadió de tal modo que "su sudor era como gotas de sangre, que caían hasta la tierra..." (v.44).
El verso 45 de Mateo 4, nos dice que los discípulos se durmieron a causa de la tristeza.
Las tentaciones de Jesús en el desierto, son muy personales, y no necesariamente robarse un pan en el súper, arrastre a otros a hacerlo, pero en esta ocasión otros estaban siendo afectados por la realidad inminente de Jesús.
No era que Jesús los invitaba a compartir su tristeza, es que esta, al igual que la risa y el bostezo, puede ser contagiosa...
Hay situaciones en nuestra vida que son inevitables; cuya oración aplica como la que Jesús hizo: Líbrame de esta Dios, pero si no lo haces, tu voluntad yo acepto (parafraseo).
Decir "acepto tu voluntad Señor", no se trata de decirlo, mágicamente aceptarlo y cantar por la muerte inminente; sino de hacer lo que Jesús hizo: orar, para que Dios nos libre de la tentación de renegar de Él y su voluntad.
De la frecuencia de esa oración, sería en otra meditación, pero te adelanto que, Mateo 4:39 dice que era una práctica que Jesús "solía hacer".
Jesús, aceptó la voluntad de Dios, me atrevería a decir que con la misma tristeza, pues era "hombre"; pero no se centró en el inevitable sufrimiento; sino en ayudar a sus discípulos a enfrentar ese pesar, del mismo modo que él lo hizo: manteniéndose "despierto" y orando a Dios (v.46).
*El que moriría dio animo a los que quedarían vivos...*
Así lo hizo Jesús, sabía que su muerte representaba vida al mundo, esa es la voluntad de Dios: que TODOS tengamos VIDA a través de Cristo Jesús.
Te dije que vas a morir... hay "un algo" en tu vida que Dios ha permitido que no lo evadas, porque tiene un propósito en ello. No es glorificarte ni hacerte un "héroe del mundo", sino un portador de un mensaje de esperanza y salvación, en medio de ese no negociable padecimiento.
El apóstol Pablo, no se libró de sus prisiones ni Dios le pasó por alto su muerte por condenación humana; y este aprovechó cada momento para llevar el Evangelio, y su espera por su final terrenal, no paso a ser tiempo de lamento y perdida.
Mientras, ayuda a no dejar que los demás se duerman por la tristeza tuya y de ellos; invítalos a levantarse y orar al Señor. Muchos aprenden a consolar a los que van a consolarlos a ellos.
Escrituras
Acerca de este Plan
Tengo días de sequía, en los que llego a pensar que no logro "escuchar" a Dios; esos días el lápiz hace un silencio incómodo "para mí", sin embargo, cuando me siento a releer en calma lo que Dios me ha dicho antes en la Biblia, entiendo que Dios sigue hablando y no deja de hacerlo, es que yo me creo que siempre lo hará con mis palabras.
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