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Dios Sigue Hablando

DÍA 11 DE 13

*Panal de miel* son las palabras agradables, Dulces al alma y salud para los huesos. Proverbios 16:24 

Hablar del panal de la abeja no es tan popular como hablar de la miel, de hecho, muchos se sorprenden al escuchar que este puede ser consumido y desconocen sus beneficios.

El Panal de Miel es un manjar y la forma más natural y más pura de consumir el endulzante que elaboran las abejas,

Cuando ingerimos el Panal de Miel también aprovechamos todo lo que la abeja ha ido dejando en las celdillas, aparte de cera y miel hay restos de jalea real, propóleo, polen… 

Todas estas sustancias son beneficiosas para el cuerpo humano y poseen innumerables propiedades.

Si la miel es el dulce más sano y aun siendo filtrada es deliciosa y nutritiva; imagínate el panal con todos los beneficios de la miel, más los nutrientes de donde se conserva: el panal.

Así las palabras dichas con bondad, calman el alma y sanan hasta los huesos.

La palabra usada para "salud" (sanar) hace referencia a lo incurable...

"El viejo no se sana, mejora" - decía mami...

Y con esa convicción muchos llegamos a los pies de Cristo y en esa misma posición nos mantenemos en Él.

Curiosamente, hay palabras "dulces" que pueden ser tóxicas en lugar de curativas.

Las avispas producen miel dulce también, solo que a diferencia de las abejas, esas no solo llevan polen a su panal, sino también insectos muertos para alimentar a sus crías; y esto hace que esta miel no sea para consumo humano.

La palabra del creyente no solo está destinada a pasar paño tibio a los golpes del caído, sino que tiene el compromiso de hacer que sus heridas cicatricen, aunque parezcan incurable.

No es decirle, "no tienes remedio y aun así Dios te ama", eso es darle miel (de avispa, hecha con algunos restos de fe muerta); sino "Porque Dios te ama, estás sano, en el nombre de Jesús", esto es brindar el panal con todo y miel de la abeja...

Día 10Día 12

Acerca de este Plan

Dios Sigue Hablando

Tengo días de sequía, en los que llego a pensar que no logro "escuchar" a Dios; esos días el lápiz hace un silencio incómodo "para mí", sin embargo, cuando me siento a releer en calma lo que Dios me ha dicho antes en la Biblia, entiendo que Dios sigue hablando y no deja de hacerlo, es que yo me creo que siempre lo hará con mis palabras.

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Nos gustaría agradecer a Meditandounpoco por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/meditandounpoco/