Dependiendo De DiosMuestra

Cada vez nos resulta más difícil ser pacientes.

Con la llegada de la comida rápida, la información a un solo click de distancia y el servicio de entregas a domicilio hasta la puerta de tu casa hemos aprendido a obtener casi todo lo que queremos al instante.

Nos resulta tan fácil comunicarnos con personas que están al otro lado del mundo o comer comida de nuestro restaurante favorito sin tener que salir de casa que cuando nos toca esperar por algo, el simple hecho de tener que esperar se vuelve una experiencia frustrante.

Imagínate lo que sintió Abraham cuando Dios le dio la promesa del nacimiento de su hijo Isaac. Seguramente estaban emocionados al recibir la noticia de que Dios les daría un hijo. Me imagino que al día siguiente estaban igual de felices soñando con todo lo que harían cuando por fin tuvieran a su hijo en brazos.

Con el pasar de las semanas y luego de los meses esa felicidad quizás se convirtió en tristeza al ver que nada ocurría. Aunque en sus corazones guardaban la promesa que Dios les había hecho.

Sin lugar a dudas tener que esperar y depender de alguien más es difícil, aunque se trate de Dios.

A veces, en nuestras vidas enfrentamos situaciones difíciles que nos llevan a pensar que estamos caminamos solos a través de la tormenta porque Dios se ha olvidado de nosotros pero eso solo demuestra que necesitamos fortalecer nuestra fe para que podamos encontrar el camino que cumpla la voluntad de Dios.

Aunque las pruebas se vean difíciles y estemos a punto de perder las esperanzas debemos confiar en Dios, y ver cada proceso como una oportunidad para ver la gloria de Dios.

Este plan te animará a confiar plenamente en Dios para que aún en las circunstancias más difíciles que puedas experimentar, sientas esa paz que viene de confiar plenamente en Dios y así  tengas la certeza de que sus promesas se harán verdad en nuestras vidas.