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Derrama tu corazón en oración 

¿Sabías que hay poder en la oración? En la historia de Ana, podemos leer que ella oró con gran angustia. 

1 Samuel 1:9-10 dice: “Una vez, estando en Silo, Ana se levantó después de la comida. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor, con gran angustia comenzó a orar al Señor y a llorar desconsoladamente”. Ese día pasó algo diferente en el corazón de Ana. 

Hace un tiempo, tuve el privilegio de viajar a Israel, y pude ver el lugar donde se encontraba el templo en el que Ana oró a Dios por su hijo. Ese era el lugar donde Ana derramó su corazón a Dios. 

Cuando lo vi, no pude contener las lágrimas, porque me la imaginaba de rodillas, clamando delante de Dios, llena de angustia. La imaginé diciendo “Señor, no puedo más, necesito el milagro que estoy esperando”.

¿Cuándo fue la última vez que te desahogaste delante de Dios? ¿Cuándo fue la última vez que te pusiste de rodillas delante de su presencia diciendo: ¡Señor, no puedo más, te necesito!?

Dios quiere que confiemos en él en todo tiempo y en toda situación. Él quiere que seamos capaces de orar con valentía y coraje. 

Ana trajo su petición a Dios confiadamente. De la misma forma, nosotros hoy podemos entrar en la presencia de Dios con confianza y derramar nuestras peticiones delante de él. 

La Biblia nos dice en Hebreos 4:16 que nos acerquemos con toda confianza al trono de gracia de nuestro Dios, porque ahí podremos recibir su misericordia. 

Dios conoce cada detalle de tu vida, él conoce tus necesidades, pero quiere que puedas abrirle tu corazón y confiar en él. ¡No dejes de orar! No te des por vencido, sigue abriendo tu corazón delante de él. 

Oración: Señor, te doy gracias porque puedo acercarme a ti con confianza y derramar mi corazón. Quiero que seas mi primera opción en tiempos alegres y en tiempos difíciles. Gracias por tu misericordia. Amén.