Cómo Ser Libre De La Ofensa Por Medio Del PerdónMuestra

Ampliando nuestro entendimiento

"El azar no existe; Dios no juega a los dados." Albert Einstein

El perdón es un asunto tan sobrenatural que nos quedaremos cortos si tratamos de interpretarlo humanamente. Nos ayudará, pero siempre parecerá que le falta algo.

Investigando encontramos que perdón viene de la palabra aphiemi y significa despedir o apartar. Este es el significado fundamental del perdón a través de la Palabra de Dios; es decir, separar el pecado del pecador.

Por lo tanto, el perdón se fundamenta en el sacrificio de Cristo en la cruz. Todo el perdón, tanto divino como humano, tiene como base este sacrificio. Lo que sucedió allí le otorga significado al perdón.

El ser humano es imperfecto y pecador y esa condición le separa de un Dios perfecto.

Lo que Dios hizo con nuestras faltas fue quitarlas de nosotros y depositarlas en la persona de Cristo, donde fueron redimidas. El castigo y la justicia que eran inevitables sobre el ser humano, se cumplieron en la persona de Jesús. Como resultado, el ofensor queda libre del pecado y de la culpa, por tanto, también del castigo. ¡Espectacular!

Toda culpa se esfuma de nuestras vidas, a pesar de que somos incompetentes en cuanto a "portarnos bien". Sólo necesitamos "ajustarnos" a ciertos requisitos que empiezan con la fe y avanzan también con fe.

Esa realidad espiritual hace la diferencia en todo. Sería imposible liberar plenamente y para siempre a un individuo que nos hace daño, si no captamos la realidad del perdón de Dios, que se ejecutó una vez y para siempre sobre personas imperfectas como nosotros.

El perdón verdadero y profundo sólo es posible cuando se lo entiende sobrenaturalmente.

En términos humanos y razonables, el perdón no encaja, especialmente cuando se trata de heridas mayúsculas e incomprensibles.

Por eso, valorar y ejecutar adecuadamente el perdón demanda tener la perspectiva de Dios.

¿Qué dice Dios sobre esto?

1. Dios sabe que no podemos resolver nuestro propio problema de pecado y por ese motivo toma la iniciativa de resolverlo. Sólo necesitamos creerlo y aceptarlo.

"Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados." (Isaías 43:25 RV60)

2. Jesucristo cumplió su parte en ese plan de hacernos a nosotros competentes y justos frente a Dios

"Porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados." (Mateo 26:28 RV60)

3. La expectativa de Dios es que perdonemos a los demás como Él nos perdona, que hagamos borrón y cuenta nueva.

"Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones." (Salmo 103:8-12 RV60)

Haga una oración pidiéndole a Dios perdón de corazón. Acepte que Jesucristo pagó el precio por ese pecado. Y, por lo tanto, crea que esa culpa o vergüenza ya ha sido levantada y declare que usted es libre por la obra de Cristo.

COMPROMISO CON DIOS: Ahora, ¿Qué hará al respecto?