Amando Mi ProcesoMuestra

TU AYUDA IDÓNEA EN LA BATALLA ESPIRITUAL

Es suficiente escuchar y batallar con tus propias ideas, tus propios sentimientos. Pero nunca falta alguien ajeno a ti que venga a recordarte cosas que estás tratando de superar... Y nunca van a faltar, pero con valentía, vas a poder dominar aquellas ideas ajenas, y con respeto, vas a poder poner un alto. Cada quien tiene sus propias opiniones, y aquellas que te dañan, no tienes por qué hacerlas tuyas. No tienes por qué pedir perdón por ser tú o pedir perdón por lo malo que otras personas quieren hacerte creer que tienes. No tienes por qué agachar la cabeza y temer en mostrarte tal y cómo eres, siempre y cuando tu vida esté alineada a lo que Dios manda. Antes que temer a lo que otros opinen de ti, debes temer a lo que Dios exige de ti. 

Dios es tu amigo, es tu ayudador. Nadie se va a preocupar más por ti que Él; nadie más te va a entender. Y sobre todo, recuerda que nadie más que Él te puede juzgar. No escuches a los demás con sus malas intenciones; preocúpate en seguir creciendo espiritualmente. Toma como prioridad tu comunión con Dios y verás cómo se glorificará en tu vida, y el temor ya no va a caber en ti.