Pedir, Recibir, AgradecerMuestra

Dia 02 - Los limites que nos impiden pedir bien.

Reflexiones: 

Lea 1 Juan 4:16, Hebreos 11:6, Juan 8:28 y 9:31, Mateo 6:5-8, Efesios 6:11 y Gálatas 2:4 y toma un momento para responder las siguientes preguntas :

 ➤     Intenta pensar: ¿para tu propia vida, que bloquea o limita que tus oraciones sean concedidas?

 ➤      Usando los textos anteriores, enumere cinco razones que nos limitan en la oración

Contenido:

¿Ya que podemos pedirle TODO a Dios, que es lo que nos limita a recibir? Y como uno de mis amigos suele decir, el problema nunca está arriba, sino siempre debajo…Para decirlo de otra manera, Dios ya lo ha dado TODO, TODO lo hemos recibido en Cristo (Colosenses 2:10). Entonces, ¿que está obstaculizando de nuestra parte?

En primer lugar, es esencial tener una buena imagen de Dios, porque de lo contario, nos impide creer y vivir todo el cumplimento. Nuestra comprensión de quien es Dios a menudo está limitada por la imagen que nos ha sido transmitida de un Dios severo, sin estados de ánimos, inflexible, ausente, duro… Lo que es absolutamente falso, todo lo contrario, nuestro Dios, es un Dios amoroso, que es bueno. Por supuesto, a veces podemos tener la impresión de que es severo, cuando nos corrige o cuando pagamos las consecuencias de nuestros errores, pero debemos saber que Dios corrige siempre en amor. De hecho, a menudo proyectamos en Dios, la imagen de nuestro padre terrenal, que sesga nuestra forma de verlo, pero también nuestra forma de vernos a nosotros mismos, ya que imaginarlo como severo nos mantiene inseguros y nos hace sentir indignos de Él. 

Su naturaleza y Su carácter son solo bondad y ya nos ha dado todo, nos ha dado a Jesús…Es por eso que podemos saber claramente que el límite nunca está de Su lado. Así que cuando entendemos Su amor y Su deseo de dar, comenzamos a esperar recibir de una manera diferente y también a pedir con fe, sabiendo que recibiremos.

También hay muchas experiencias que nos limitan, como, por ejemplo, todas las oraciones que aún no han sido respondidas. Si no estamos atentos, cada vez que oremos sin ver los resultados, podemos dejar que entren en nuestros corazones, la decepción, la duda, incluso la incredulidad. Nunca culpes a Dios y no aceptemos jamás los pensamientos que quieran hacernos creer que Dios no quisiera respondernos, que Él no tiene tiempo, que no lo merecemos, etc.

Todas estas son mentiras. Cuando nuestras oraciones no son respondidas, adoptamos la actitud de preguntarle a Dios porque y si no obtenemos respuestas, podemos dejar esta pregunta ante Dios, diciéndole que nos negamos a dejar que se rompa esta relación de intimidad y fe con El.

Porque recordemos que Dios nos responde tanto a la petición hecha en oración, como a la oración hecha con fe. Es esta ultima la que abre los cielos para obtener respuestas, porque la fe no es otra cosa que comprender la voluntad de Dios y estar de acuerdo con ella. En Hebreos 11:6, se dice que sin fe, es imposible agradar a Dios. Y Jesús dice en Juan 8:29 que el Padre no lo deja jamás solo, porque El hace siempre lo que a Él le agrada. Por otro lado, en Juan 9:31 se dice: “Y sabemos que Dios no oye a los pecadores, pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad a ese oye”. Por tanto, la Biblia es extremadamente clara en el hecho de que Dios quiere responder. No debemos basar nuestras teorías y nuestra forma de orar en nuestras experiencias, pero son nuestras experiencias las que deben alinearse con la Palabra de Dios. Al hacerlo podremos descubrir que cada vez oramos con fe y convicción, de acuerdo con la voluntad de Dios, algo bueno resultara.

Otro elemento que nos limita es nuestra carne. A veces nuestras oraciones son superficiales, nuestras motivaciones no son buenas y nuestros objetivos van en contra de la voluntad de Dios. 

Nuestra carne también es un obstáculo en el sentido de que puede obstaculizar la perseverancia, pero hablaremos más sobre esto en nuestra próxima meditación diaria. Nuestro entorno puede ser igualmente un factor limitante. Cuando oramos con fe por un milagro, no es raro que las personas a nuestro alrededor comiencen a burlarse y tratar de desanimarnos. La oración con fe provoca celos, (¿Porque Dios le respondería a él y no a mí?) y perturba y revela la incredulidad y la pasividad. Esa es una razón por lo que es importante de orar con personas que nos apoyan y están en sintonía con nosotros.

Debemos también comprender que en el mundo que nos rodea, las tinieblas también nos rodean. EL mundo de la obscuridad busca por todos los medios evitar que seamos respondidos. Entonces, cuando comenzamos a orar, el enemigo trata de lanzar todo tipo de excusas, pensamientos, dudas e incredulidad. Es entonces cuando dejamos que nuestra fe se infiltre de “Si es tu voluntad… “Si pudieras…o “Tu lo dices en tu Palabra…, “Pero si lo hicieras por mi… Este mundo de obscuridad también llega a veces a interactuar por circunstancias externas a nuestras vidas. Entonces nuestra situación empeora o aparecen obstáculos, etc.

A menudo oramos de acuerdo con nuestras impresiones, nuestras dudas y bajo la presión de las circunstancias que nos dice que la situación no tiene remedio.

Orar no es estar en reacción, es estar en acción. Por todas estas razones es fundamental orar siempre firmes en las promesas de la Biblia y elegir creer lo que Dios dice y no lo que vemos o sentimos. Toma la decisión de alinearte con la voluntad de Dios que siempre quiere responderte y decide no dejar que nada obstaculice Su voluntad.

Mi decisión

Lo que comprendí para mi vida personal :

Lo que decido para mi vida, con lo que acabo de aprender :

Lo que tú decides hoy, determina quien serás mañana :

Del libro "un disciple en marche" copyright 2018 de Luc Favre, publicado por Vie Victorieuse. Todos los derechos reservados.