En El PrincipioMuestra

Semana 2 - Dia 4

Lectura: Génesis 2:8–14; Isaías 58:11–12

DEVOCIONAL: Génesis 2:8–9

“Y el SEÑOR Dios plantó un huerto hacia el oriente, en Edén, y puso allí al hombre que había formado. El SEÑOR Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer. Asimismo, en medio del huerto, hizo brotar el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.”

 

Después de que Dios creó al hombre, le proporcionó un lugar para vivir. Este no era un lugar ordinario. Fue el paraíso. Dios creó un lugar para que el hombre viviera que estaba lleno de bendiciones.

Dios plantó todo tipo de árboles, tanto para adorno como para sustento. Dios plantó el huerto entre cuatro ríos, proporcionando agua y vida continua tanto para el hombre como para todo lo que había plantado. Todo lo que el hombre necesitaba estaba ahí para él.

La ubicación del huerto se describe en detalle. Puede que hoy nos parezcan detalles sin importancia o innecesarios, pero el detalle no se perdió en la audiencia original. Este huerto se plantó en una zona increíblemente fértil del Medio Oriente, más tarde conocida como "El Creciente Fértil". Dios no solo proveyó para el hombre dándole un hogar con suficiente comida y agua para sobrevivir, sino que le dio al hombre una gran cantidad de recursos para que prosperara y se multiplicara.

Antes de que el pecado entrara en el mundo, Dios proveyó para el hombre en el huerto. Y, como veremos, Dios continuó proveyendo incluso después de que el hombre y la mujer pecaron. Las palabras de Isaías en el capítulo 58 muestran cómo Dios continuó liderando y proveyendo para Su pueblo incluso cuando pecaron y se rebelaron contra Él.

Nuestro Dios es un buen Dios. Él provee para Su pueblo sin importar las circunstancias. Él proveyó para el hombre en el huerto y proveyó para el remanente de Judá. Él provee para ti y para mí todos los días. Que busquemos no solo Su provisión, sino Su presencia continua y Su gracia en nuestras vidas.

 

Oración

Señor Dios, Tú provees exactamente lo que necesito. Hoy, ayúdame a recordar y traer a la memoria todas las formas en que me provees y me bendices. Te alabo por Tu cuidado hacia mí. Amén.