En El PrincipioMuestra

Semana 3 - Día 2 

Lectura: Génesis 3:1–7; 1 Pedro 5:8–9

DEVOCIONAL: 1 Pedro 5:8–9

Sean de espíritu sobrio, estén alerta. Su adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar. Pero resístanlo firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en sus hermanos en todo el mundo.

La serpiente sabía cómo engañar a la mujer. Sabía cómo tergiversar las palabras y los mandamientos de Dios para hacerle creer que Dios le estaba ocultando algo. Lo que dijo fue parcialmente cierto, pero no del todo. Usó las palabras de Dios de tal manera que la mujer creyera que Dios le estaba ocultando algo bueno.

La mujer también estaba un poco insegura de lo que Dios había dicho. Ella le dijo a la serpiente que Dios le había dicho que no podían comer del árbol ni tocarlo. Dios solo dijo que no podían comer del árbol. Este mandato adicional de no tocar el árbol no vino de Dios. Si el hombre le dijo esto a la mujer o lo decidieron juntos, no era de Dios.

La serpiente continuó mintiendo a la mujer. Le dijo que recibiría algo bueno (sabiduría) no la muerte como Dios le había dicho. Estaba al acecho, buscando devorar a la mujer. La mujer y el hombre no siguieron los mandamientos de Dios y aceptaron la oferta tentadora de la serpiente.

Cuando enfrentamos la tentación de pecar, por lo general enfrentamos un conjunto de circunstancias similares. El enemigo puede intentar convencernos de algo que es parcialmente cierto o que contiene elementos de verdad. Intenta engañarnos y atraparnos a cada paso, como un león en busca de una presa. ¡Pero hay esperanza! No debemos caer presa de sus planes. Con la ayuda de Dios podemos resistir la tentación. A medida que estudiamos y memorizamos la Palabra de Dios, nos armamos con la verdad. Cuando conocemos la verdad, cuando estamos seguras de lo que Dios dice exactamente, sin agregar ni quitar, estamos mejor armadas para enfrentar los ataques del enemigo.

Oración

Señor Jesús, dame sabiduría para saber qué es verdad y qué no es verdad. Ayúdame a mantenerme firme contra los planes del enemigo, consciente de que siempre está dispuesto a atraparme. Deseo honrar Tu Palabra y seguirte. Amén.