En El PrincipioMuestra

Semana 2 - Día 3 

Lectura: Génesis 2:4-7; Salmo 8:4-6

DEVOCIONAL: Salmo 8:5–6

“¡Sin embargo, lo has hecho un poco menor que los ángeles, y lo coronas de gloria y majestad! Tú le haces señorear sobre las obras de Tus manos; todo lo has puesto bajo sus pies:”

 

En el sexto día de la creación, Dios llenó la tierra que creó. Creó animales y, lo que es más importante, humanos. Génesis 2 ofrece un relato detallado, una perspectiva diferente, sobre los detalles de la creación de la humanidad. El detalle que el autor de Génesis incluyó sobre la creación del hombre y la mujer muestra cómo los humanos se separan de los animales, cómo estamos hechos a imagen de Dios.

En el Salmo 8, David reflexionó sobre la magnificencia de Dios mostrada en la creación. Se preguntó, con la luna y las estrellas y toda su majestad, ¿qué significado tienen los humanos? ¿Cómo podrían los humanos tener algún significado en un mundo con características tan magníficas? ¿Por qué Dios debería notar a la humanidad con todo el esplendor de la creación?

Dios no creó a la humanidad como una ocurrencia tardía. Dios nos creó a Su imagen, pero más que eso, nos dio autoridad, honor y majestad. Como portadoras de la imagen de Dios, estamos equipadas para gobernar sobre la creación, un poco menos que los seres celestiales.

En toda la magnificencia del mundo y de los cielos, somos la creación suprema de Dios. Nos eligió para llevar Su imagen. Nos eligió para honrar Su carácter. Y eligió redimirnos cuando pecamos. Incluso en todos los detalles y complejidades de la creación, eres importante para Dios. Él se preocupa por ti, tu vida y tus circunstancias.

 

Oración

Señor Dios, me siento humillada y asombrada por Tu atención hacia mí. Te preocupas por mí. Me has dado honor y majestad porque fui creada a Tu imagen. Que mi vida sea un fiel reflejo de Tu carácter mientras busco mostrar Tu amor y santidad al mundo. Amén