Un viaje a través de Lucas y HechosMuestra

Lucas nos habla sobre algunas de las mujeres que siguieron a Jesús cuando estaba vivo. Vieron a Jesús en la tumba el día de su ejecución y regresaron allí un día después del sábado al amanecer, en el primer momento que pudieron. Pero cuando llegaron, encontraron la tumba abierta y vacía. No podían explicarse dónde estaba el cuerpo de Jesús y, de repente, dos misteriosas figuras, con una luz resplandeciente, aparecieron de la nada para decirles que Jesús estaba vivo. Quedaron asombradas. Corrieron y les dijeron a los demás discípulos todo lo que habían visto, pero la noticia sonaba absurda, por lo que nadie les creyó.

Mientras tanto, en las afueras de Jerusalén, un par de seguidores de Jesús salieron de la ciudad por un camino hacia un pueblo llamado Emaús. Hablaban de todo lo que había pasado durante la semana de la Pascua cuando Jesús los alcanzó y comenzó a viajar con ellos, pero, curiosamente, no se dieron cuenta de que era él. Jesús entabló una conversación con ellos y les preguntó de qué estaban hablando. Ellos se detuvieron en seco, estaban tristes por el tema y sorprendidos de que él no supiera lo que había pasado en los últimos días. Le dijeron que hablaban de Jesús, un poderoso profeta que pensaron que salvaría a Israel pero que, en lugar de eso, había sido ejecutado. Le dijeron que algunas mujeres afirmaban que estaba vivo, pero que no sabían qué creer. Así que Jesús les explicó que eso era lo que las Escrituras judías habían estado señalando todo el tiempo. Israel necesitaba un Rey que sufriera y muriera como un rebelde en nombre de los que realmente lo eran. Este Rey sería reivindicado por su resurrección para brindar verdadera vida a los que la recibieran. Pero los viajeros no lo entendieron. Estaban tan confundidos como antes y rogaron a Jesús que se quedara con ellos por más tiempo. Esto nos lleva a la escena en la que Lucas nos cuenta cómo Jesús se sienta con ellos a comer. Toma el pan, lo bendice, lo parte y se los da como lo hizo en la última cena antes de su muerte. Esta es la imagen de su cuerpo destrozado, su muerte en la cruz. Y cuando tomaron el pan partido, sus ojos al fin fueron abiertos para ver a Jesús. Esta es una historia sobre lo difícil que es ver a Jesús como realmente es. ¿Cómo era posible que el poder majestuoso y el amor de Dios pudiera revelarse a través de la penosa ejecución de Jesús? ¿Cómo podía ser posible que un hombre humilde se convirtiera en el Rey del mundo a través de la debilidad y el autosacrificio? ¡Es muy difícil de ver! Pero este es el mensaje del Evangelio de Lucas. Es necesaria la transformación de nuestras mentes para poder verlo y abrazar el Reino al revés de Jesús.