Un viaje a través de Lucas y HechosMuestra

Después de que Jesús es entronado en el cielo, Lucas nos cuenta que sus discípulos se reunieron en el día de Pentecostés. Este es un festival israelita anual en el que miles de peregrinos judíos viajan a Jerusalén a celebrar. En esta ocasión, los discípulos de Jesús estaban orando cuando de repente el sonido de una ráfaga de viento llenó el lugar y ellos vieron lenguas de fuego posarse encima de la cabeza de todos. ¿Qué representa esta extraña imagen?

Aquí, Lucas regresa a un repetido tema del Antiguo Testamento en el cual la presencia de Dios también se manifiesta como fuego. Por ejemplo, cuando Dios hace un pacto con Israel en el Monte Sinaí, su presencia ardía en la cima de la montaña (Éxodo 19:17-18). Y una vez más, la presencia de Dios se manifiesta como una columna de fuego cuando llenó el tabernáculo para habitar en medio de Israel. (Números 9:15). Entonces cuando Lucas describe fuego cayendo sobre el pueblo de Dios, nosotros debemos de reconocer el patrón. Solo que esta vez, el fuego se dispersa en muchas llamas sobre muchas personas, en lugar de aparecer en una sola columna sobre una montaña o edificio. Esto nos comunica algo extraordinario. Los discípulos se estaban convirtiendo en nuevos templos móviles en los cuales Dios podía habitar y compartir sus buenas nuevas.

La presencia de Dios ya no está limitada a un solo lugar. Ahora puede habitar dentro de los seres humanos que confían en Jesús. Lucas nos dice que tan pronto como los discípulos de Jesús recibieron el fuego de Dios empezaron a hablar de las buenas nuevas del Reino de Jesús en lenguas que antes no conocían. Los peregrinos judíos quedaron perplejos al poder entenderlas perfectamente. Dios no se había dado por vencido en su plan de pacto con Israel para bendecir a todas las naciones. Y justo en el momento correcto, en Pentecostés, el día en el que los representantes de todas las tribus de Israel regresaban a Jerusalén, él envió a su Espíritu para anunciar las buenas nuevas del rey de Israel: a Jesús crucificado y resucitado. Miles escucharon el mensaje en su lengua materna y empezaron a seguir a Jesús ese mismo día.