El Misterio De Los Magos Muestra

¿Qué significa todo esto?  

  Los Magos dejaron todo atrás y viajaron hasta una tierra distante para encontrar a Aquel que fue anunciado por Daniel y los profetas de antaño. Sus regalos lo reconocieron como Dios, como Rey, y como el regalo indescriptible del cielo para nosotros. De modo sorprendente, ellos conocieron de algún modo la hora de su visitación, incluso cuando Israel no lo conoció. Todavía no habían visto sus milagros ni habían oído sus enseñanzas. Ellos no poseían todas las Escrituras que hablaban de la muerte del Mesías, su resurrección, y su regreso futuro. Sin embargo, como herederos del legado de Daniel, creyeron a Dios y adoraron a su Hijo, el Mesías. Fueron verdaderamente “sabios” en el sentido definitivo, señalando que, un día, gente de toda tribu y nación acudiría al Rey de los judíos. Por lo tanto, la Escritura ha inmortalizado su asombrosa fe. Ellos son ahora un poderoso ejemplo para nosotros miles de años después. Su historia nos lleva más allá de la escena de la Natividad tradicional hasta la verdadera historia de la Navidad. Dios todavía sigue atrayendo a hombres y mujeres de “muy lejos” para que se acerquen a la sangre de Cristo.

Voy a tomar un momento para dirigirme a la persona que está leyendo este devocional y que quizá no conoce a Jesús como su Salvador. Podría pensar de usted mismo que es un candidato improbable para recibir la misericordia y el amor de Dios. Tal vez se siente “muy lejos” de Dios. Si ese es el caso, la historia de los Magos debería resonar en su corazón. El mensaje que encontramos en la historia de los Magos es que Dios está atrayendo a hombres y mujeres de muy lejos. La puerta se ha abierto de par en par. La salvación está disponible no solo para aquellos que son “kosher”, sino para cualquiera que invoque el nombre del Señor. Efesios 2:13 dice: “Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes estaban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo” (NVI). No necesita recorrer miles de kilómetros para encontrar a Dios. Él ya envió a su Hijo desde el cielo a la tierra para encontrarlo a usted. Lo único que tiene que hacer es arrepentirse y creer el evangelio.