Ágape Amor de DiosMuestra

¿Qué es el amor ágape?

Al leer lo que el apóstol Pablo le escribe a la iglesia de Corinto, uno logra darse cuenta de la clase de fuerza que representa el amor, y del enfoque y el esfuerzo que se requiere para desarrollarlo.  “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Este es un amor que da, entrega, afirma, confía, espera, tolera, resiste y perdona. 

El amor ágape está referido al amor de Dios. La Biblia dice que Dios es amor (1 Juan 4:8). Su naturaleza está hecha de amor. Sus actos están regulados por el amor. Dios ama de manera incondicional, porque su naturaleza así lo demanda.

El ágape define a Dios, y solo quién tiene a Dios en su vida, puede amar como Dios ama: abnegada, desinteresada y sacrificialmente. El creyente cristiano puede amar con amor ágape por ser recipiente del amor de Dios: “…porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado” (Romanos 5:5 LBLA). Por eso la única forma de perfeccionar el amor es permaneciendo en Dios (1 Juan 4:7-16).

El amor ágape es un amor con benevolencia. El amor ágape es un amor incondicional y reflexivo. Es un amor desinteresado, altruista, abnegado, sacrificial. No es motivado por los sentimientos o las afinidades. El amor ágape es el amor espiritual. Es un amor maduro que moviliza a la entrega, a la compasión, a la tolerancia, a la comprensión y al perdón. Es el amor de la mente, de la razón y de la voluntad. Es un amor inteligente y deliberado. 

Es independiente del estímulo del otro (reciprocidad, méritos, etc.). No se activa o desactiva por el estímulo que ofrece el otro, ni por sus méritos o falta de ellos. Es un amor espontáneo e inmotivado. 

El amor ágape nos mueve a renunciar a nuestros derechos y necesidades para satisfacer las necesidades, deseos y requerimientos de otros, aun incurriendo en un costo personal.