Enfocados Muestra

PERDER PARA GANAR 

Este devocional lo estoy escribiendo con Dios en el mes de enero del 2021, y no sabes lo difícil que ha sido para mí revivir y volver a iniciar cosas nuevas en mi vida para ver lo nuevo que Dios tiene para mi vida al abrir la puerta de este año.

Mi espíritu ha estado siendo inquietado, incomodado, abrumado, y siente que necesita más espacio. Siento que quiere crecer, pero hay algo que no se lo permite. Siento que está mudando de piel. Sí, así le llamo. Mi espíritu quiere mudar de piel. 

Y creo que casi todo en la vida que quieres hacer necesita de un sacrificio. Necesitas dejar algo atrás para iniciar algo nuevo. Necesitas hacer algo diferente para recibir un resultado diferente. Necesitas pensar diferente para sentir diferente y actuar diferente. Todo exige una acción que permite una consecuencia.

Seguir a Jesús, aunque suene fuerte e inquietante, se tratará siempre de que nosotros… debemos morir. Para él hay dos maneras de perder la vida: una es aferrándonos a ella y la otra es perderla por Su causa. Y cuando me refiero a perderla por Su causa no estoy hablando de que tu biografía en Instagram muestre lo cristiano que eres, o lo que compartes en tus redes sea cristiano y te tengas que aguantar uno que otro hate. Y para mí está bien. Es cool. 

Pero Su propuesta de perder nuestra vida es más profunda y más extensa, que abarca todo lo que hay dentro de esta vida. Se trata de que debemos rechazar nuestras comodidades, pasividades, orgullos, acciones, pensamientos, emociones. Todo lo que antes aprendimos acerca de nosotros debe ser puesto en la mesa del Padre todos los días, porque en esa mesa fuimos formados. Allí Dios nos imaginó, nos formó y construyó todo lo que en cada momento de la vida, en cada paso de fe, cada minuto en la tierra fuera dispuesto para entender algo que nos llevará tiempo: Saber quiénes somos en realidad. 

Cada paso con Jesús es un destello de Su potencial reflejado en nosotros. Sin importar las caídas, sin importar los desánimos, Jesús siempre nos está llenando de la humanidad correcta, sus raíces la identidad. Pero para esto hay que morir a nuestro actual yo. Ese que nos impide avanzar, ese que nos endurece, ese que nos mantiene quietos y débiles, lo que nos apaga. Quizá llevas tiempo queriendo saber cuál es el siguiente paso, pero no has iniciado acciones diferentes en tu vida. Quizá quieres aferrarte a lo mismo de siempre, al mismo sistema de perdón, de rencor, de control, de hacer las cosas… porque todos creemos que tenemos el control y pensamos que estamos ganando la vida, pero lo cierto es que nos estamos perdiendo a nosotros. 

Aferrarse a nuestra misma manera de vivir y decir: “no perdono, no puedo, no lo haré, no daré otra oportunidad, no iniciaré esto, mejor a mi manera, puedo con esto, prefiero quedarme aquí.” Pone un muro en nuestro crecimiento. Pero perder la vida y despojarse de nuestras costumbres, pensamientos, creencias, argumentos, emociones, acciones, sueños, problemas y todo lo que nos incomode o limite o desafíe ante Jesús nos asegura algo: ganar la vida, encontrarnos a nosotros siempre. 

¿Qué es a lo que debes morir hoy? Escuché justamente hoy que todos los días debemos hacer un funeral: de nuestro “yo”. Y creo que es una gran idea, porque desde Adán y Eva hasta aquí hemos querido ser “yo”. Creo que no nos ha funcionado. Y Jesús nos trae un “yo” verdadero. Nos trae un “Él”. Nos trae la vida. 

No llevemos a imposibles el morir. Muere a usar tanto tiempo tus redes y sal a disfrutar de la realidad, perdona aquella vez que…, inicia un nuevo ejercicio, toma más agua, lee un libro, piensa un poco más alegre, levántate más temprano. Sé que, así como a mí, Jesús ha estado inquietando tu espíritu. Él solo quiere que crezcas. Jesús hizo lo más difícil, y sí, este camino a veces es incómodo… mucho, pero es el mejor y el único que nos traerá vida. 

Lo que más nos cuesta a veces es lo que más potencial va a sacar de nosotros.