Jeremías en 3,2,1… El Plan Perfecto.Muestra

Señor mi Dios, a pesar de que la ciudad caerá en manos de los babilonios, tú me has dicho: “Cómprate el campo al contado en presencia de testigos.” » Jeremías 32:25

"Lo último que se pierde es la esperanza", así decimos, porque aún no "creyendo en Dios", nuestra conexión con Él es tan fuerte que "sospechamos" que algo más puede suceder.

Una película para niños, Wall-e, muestra un planeta Tierra, totalmente destruido y abandonado, por allá por el año 3000. Toda la población del planeta emigró a una especie de nave espacial con un estilo de vida sedentario y adaptado a hacer nada y con todo sintético, de paso todos obesos.

Y la dinámica que desarrolla la película es porque encontraron una minúscula plantita en un zapato con tierra y esta pequeñísima muestra de vida, era la esperanza de que en la Tierra se podía volver a vivir.

Jeremías tuvo una propuesta interesante de parte de Dios, comprar un terreno en un lugar que sería destruido y entregado a otro gobernante; y el lo sabía, porque Dios se lo había dicho. Jeremías hizo la compra con testigos, como fue la orden de Dios, y guardó su título en una vasija de barro para que se conservara.

Un poco incomodo hoy en día, comprar un solar en un sector abandonado para ver si algún día cobra vida. Mucha gente tiene casa en sectores que jamás imaginaba se poblarían.

Luchamos por conservar la vida, personas desahuciadas siguen intentando con los médicos, gente agonizando siguen en una sala de emergencia, porque saben que hay un Dios que hace posible lo que a nuestros ojos no puede pasar.

Como en todo, existe el intento de sabotaje, en la película de Wall-e, resultó que siempre existió esa "esperanza" pero los antiguos gobernantes y luego capitanes de la nave, evitaban a toda costa volver a la Tierra.

Así podemos ser engañados, haciéndonos pensar que nuestro negocio de compra-venta no tiene sentido, que no hay más que esperar. 

Nuestro terreno (nuestra vida), aunque ahora es tierra desolada, Jesús la compró con su sangre, para que tengamos la esperanza de que Dios hará de nuestra tierra, tierra fértil y de muy buena venta.

«Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí? Jeremías 32:27