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Día 8: ¿Cómo trato a mi prójimo?

¿Recuerdas que en el día seis de este devocional hablábamos de cómo hemos sido creados a imagen semejanza de Dios? Dios nos diseñó para ser libres, para vivir según sus mandamientos y estatutos pues solo así seremos realmente libres. En el capítulo 22 de Mateo leemos a Jesús hablando de los dos mayores mandamientos, el primero es amar a nuestro Dios con todo lo que somos y el segundo es amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Aquí, Jesús resume perfectamente no solo cada uno de los mandamientos que Dios entregó a Moisés, sino que también resume la promesa que le hizo a Abraham desde el Génesis, leemos que Dios escogió a Abraham a fin de que él y su familia hicieran lo que es justo y bueno; en este versículo la palabra que se usa en el hebreo es Tsedacá, y puede definirse como el modelo para tener relaciones correctas, significa tratar a otros como a la imagen de Dios, según la dignidad que Dios les dio y que ellos merecen. 

En los capítulos 9 y 24 de Jeremías, sucede lo mismo, la palabra que se usa para justicia o rectitud es Tsedacá, Dios nos está invitando a una vez más a seguir su liderazgo, a cumplir sus mandamientos y amar al prójimo tanto como a mí mismo. 

Reflexionemos juntos en esto: ¿Estoy trayendo libertad o condenación? ¿Qué expresan mis palabras/acciones hacia mi familia, amigos y compañeros de trabajo? ¿Expresan desprecio y juicio o expresan amor y gracia? ¿Estoy tomando ventaja del vulnerable en alguno de los contextos en mi vida? ¿Soy consciente de que hay productos que consumo en mi día a día (como ropa y comida) que utilizan mano de obra esclava para que yo pueda adquirirlo a un precio extremadamente bajo?

Hoy Jesús en su infinito amor nos anima a ser liderados por Él para establecer su reino en la tierra a través de la forma en que tratamos a cada una de las personas con las que nos topamos, tratándoles con dignidad pues sabemos que han sido creadas a imagen y semejanza de Dios.

Oración: Señor Jesús, te pido perdón por que a veces mis palabras y actitudes expresan desprecio hacia quienes me rodean, hoy decido honrar tu mandamiento de amar a mi prójimo como a mí mismo, y traer tu reino de gracia, amor, justicia y libertad aquí, hoy. En Cristo Jesús, amén.