Abrumada Por Mis Bendiciones (Parte 6)Muestra
¿QUIEN ESTÁ A CARGO?
El niño de cuatro años que estaba sentado en el carrito del supermercado estaba gritando a todo pulmón mientras su mamá rodeaba la gran caja de la tienda donde yo estaba de compras. Ella estaba inadvertida de sus gritos, dejándole reino libre a su furia. Podías escuchar sus gritos a través de toda la tienda y yo note la preocupación y molestia en las caras de las otras personas. ¿Quién estaba a cargo aquí—la mamá o el niño?
Yo sé que era culpable muchas veces de dejar a que mis hijos mandaran. Nuestros hijos nos llaman “mala, estricta o pasada de moda” y tímida de nuestros pautas. Nos cansamos con la multitud de pedidos y debates, la discusión y acusación, y damos lugar.
Nos doblegamos cuando ellos nos dicen que algo está muy difícil, creyéndoles la mentira que las cosas son muy difíciles para ellos o que no entienden. Nos inclinamos a esa madurez de nivel de nuestros hijos mientras hacen un juego de poder y ganan. Hemos cedido a nuestro liderazgo y nuestro hijo (a) ahora está a cargo.
Si eres madre soltera, o si has pasado algo traumático con tus hijos tú cargas aún más de estos sentimientos de culpa. La culpabilidad nos causa que nos retractemos de nuestras normas y no seguir hacia adelante. Nos puede causar apapachar a nuestros hijos mayores, y continuar haciendo cosas para ellos aun después de que ellos deben de tomar la responsabilidad por ellos mismos.
Cuando criamos sin consistencia y estructura, creamos hijos inseguros que se tropiezan en su crecimiento y desarrollo.
¿Porque caemos en esto? Porque es más fácil en lugar de pararnos firmes. Evitar el conflicto ayuda un poco a esa culpabilidad de madre, por lo menos temporalmente. Quizás nuestro hijo (a) no piense que seamos tan malas o pasadas de moda.
Quizás hasta les caigamos mejor.
Tengo buenas noticias para ti: Dios te hizo a ti como el padre. Tú no estás a cargo de tus hijos, ni tampoco se supone que debas ser su amiga. La crianza es la línea de autoridad de Dios, y cuando permitimos que nuestros hijos nos hagan de menos, que se paren encima de nosotras y en nosotras, estamos dejando una nube de caos, desobediencia, e inseguridad en sus vidas. Si no paramos de otorgar nuestra autoridad ahorita, dejaremos un legado de confusión y desconfianza, y algún día nuestros hijos serán adultos que no podrán obedecer a Dios ni estar en una relación saludable.
La estructura en la vida de tu hijo (a) es buena. Dios es un Dios de orden, no de caos. Si dejamos que nuestros hijos pongan la medida, nunca lograran el potencial que Dios les ha dado. Si nos paramos firmes, sin claudicar, en contra de las ordenes, insistencias y quejas de nuestros hijos, veremos a nuestros hijos obedeciendo a las normas que les hemos puesto.
El diccionario define la palabra “madre” como una que lleva a otro arriba. ¡Llevar arriba! Darles crianza a nuestros hijos. Somos encargadas de llevarles a un camino más alto. ¡El camino!
No seas como un barco—llevada hacia atrás y adelante por las olas de la indecisión. Pon normas que se ajusten a ti y a tu familia basadas en la Palabra de Dios. Se amable, pero firme, inmóvil, y dirige a tus hijos hacia el Alto camino, uno que producirá amorosos, adultos de confianza.
Padre, yo admito que soy débil y fácilmente de dejarme doblegar. Agrega a eso la culpabilidad de mis fallas, y el hecho de que simplemente no sé qué hacer en algunas situaciones, la mayoría de los días soy un desastre. Con razón mis hijos son como son también. Te pido que Tú me guíes a nuevos pensamientos e ideas—maneras de guiar a mis hijos con consistencia en las normas que Tú me has dado. Yo oro para que mientras busco en Tu Palabra por dirección, que mientras camino a Tu lado, sea un ejemplo fuerte de guía y seguridad para mis hijos. Ayúdame a no dejarme llevar por las quejas y chillidos de mis hijos, pero mantenerme firme a lo que sé que es verdadero y correcto. Dame la gracia para criar a mis hijos, sabiendo que mientras encuentro mi seguridad en Ti, seré más segura en la crianza de ellos.
Acerca de este Plan
Ánimo para madres, de una mamá que crió a sus 7 hijos y vivió para contarlo. Esta es la parte 6 en esta serie de 12 devocionales por Robin Meadows. ¡Gracias a Jessica Domínguez por esta traducción!
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Nos gustaría agradecer a Robin Meadows por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://instagram.com/manymeadows