Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

Estos capítulos narran el inicio de la historia de Saúl, un hombre de la tribu de Benjamín que Dios elige para que sea el rey que Israel pidió. Y aunque se nos cuenta la historia de cómo es ungido por Samuel y se alcanza a ver que tenía una actitud humilde, que en ocasiones podría confundirse con falta de asumir responsabilidades, no podemos olvidar que esto que estaba sucediendo surgió de un pueblo necio y rebelde.

En el capítulo 8, el pueblo de Israel pidió un rey como el que tenían todas las naciones a su alrededor. Y aunque parece una petición inocente, en realidad mostraba el rechazo que tenían por Dios, pues Él había sido su rey desde el principio. Era una muestra de rebeldía. Al final de la porción de hoy, se le pide al pueblo que se arrepienta de haber pedido un rey. No me imagino lo que esto significaba para Saúl, ser la respuesta a una petición necia de un pueblo rebelde. 

Poco a poco se nos muestra el carácter de Saúl. Aunque se expresó con humildad al conocer a Samuel, en realidad lo conoce sólo porque había perdido unas asnas. Saúl no fue a Samuel para buscar a Dios o para conocer a Dios, sólo lo encontró para que le dijera dónde estaban las asnas. ¿Qué podríamos esperar de un hombre que busca a Dios solo por conveniencia?

Samuel tiene que darle dato tras dato para mostrarle que Dios es quien estaba llamándolo a ser rey sobre su pueblo. ¿Estás esperando señal tras señal o estás siguiendo a Cristo en humildad y obediencia? Y aunque se le ve valiente y capacitado por Dios para enfrentar a los amonitas, en realidad el pueblo lo conocía muy poco.

No hay comparación con el carácter que ha mostrado Samuel por años, su integridad tenía testigos y no había algo que reprocharle. Pero el pueblo decidió por Saúl, un hombre que acababan de conocer y que no sabían cómo se conduciría el resto de su vida. Tengamos cuidado de elegir así. Vivimos un tiempo en que nos deslumbramos por pequeños detalles que vemos de la gente, y dejamos a un lado los testimonios que tienen personas que por años han mostrado integridad. 

Tengamos cuidado de rechazar en rebeldía a Dios, porque quizás nos dé lo que queremos y no lo que necesitamos.