Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra
Cuando lees la última parte de la historia de Sansón, te das cuenta de que no tenía ninguna intención de seguir a Dios u obedecer. Más bien se guía por sus malos deseos y su orgullo lo hace quitar la puerta de una ciudad y ponerla en lo alto de un monte.
La seguridad en él mismo lo hizo caer de nuevo en el engaño de una mujer, ahora de Dalila. Me sorprende ver que Sansón estaba muy seguro pero no se dio cuenta que Dios ya no estaba con él. Debemos de cuidarnos a nosotros mismos, no perdernos pensando que todo está bien cuando lo más importante, nuestra relación con Dios, no lo tenemos.
Su pecado lo deja ciego, lo encadena y termina sus días moliendo grano. Me pregunto si ese tiempo lo hizo reflexionar. No creo que haya habido arrepentimiento en Sansón, ya que su deseo de acabar con los filisteos estaba motivado por la venganza, porque le habían sacado los ojos.
La familia en el monte de Efraín es un desastre, pero ellos no lo ven. La mamá maldice y bendice con la misma boca, su hijo es un ladrón, y estableció su propia casa como un templo a dioses. Llega un levita y, en lugar de corregir, se une como sacerdote en su religión hecha a la medida. Es increíble a lo que se puede llegar cuando uno hace lo que quiere.
Sin duda el pecado nos nubla la vista, nos engaña de una manera sutil. Que necesario es tener cerca hermanos que nos ayuden a ver lo que nosotros no vemos; que con amor se acerquen a nosotros y nos ayuden a ver. Igualmente nosotros, es necesario acercarnos con amor. Pidiéndole primero ayuda a Dios para quitar la viga de nuestro ojo y así ver bien, y pidiéndole ayuda para quitar la paja en el ojo de nuestro hermano.
Acerca de este Plan
Leamos juntos el Antiguo Testamento y sigamos conociendo y dando a conocer a Jesucristo a través de las Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Semilla de Mostaza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.semillamexico.com/