Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

La rebelión del pueblo se puso en evidencia cuando no quisieron entrar a la tierra prometida, y continúa al querer regresar a Egipto; levantando a uno para que los llevara de regreso. 

Cuando somos rebeldes terminamos tomando decisiones que no tienen sentido. No queremos escuchar e incluso intentamos callar las voces de aquellos que quieren hacernos entrar en razón, así como el pueblo quería apedrear a Josué y a Caleb.

Dios les da lo que quieren. Les dice: ustedes no entrarán a la tierra prometida. Sus hijos son los que entrarán, verán y disfrutarán lo que yo tenia para ustedes.

La rebelión nos impide recibir las bendiciones de Dios.

Cuando el pueblo vio que su rebeldía tenía consecuencias entonces decidieron sí subir a la tierra prometida. ¡Qué necedad! Cuando Dios les dice que suban, ellos se quedan. Y ahora que Dios les dice que se queden, ellos suben.

La rebelión no nos permite recibir con humildad las instrucciones de Dios y obedecerlas. Siempre buscaremos hacer lo que nosotros queremos hacer sin importar lo que Dios dice.

Tenemos que reconocer que la rebeldía tiene un costo muy alto. Regresemos a Dios. 

Al final del capítulo 14 se les pide usar un franjas o borlas en la orilla de su ropa como un recordatorio de los mandamientos de Dios para obedecerlos. Nosotros no tenemos que hacer esto específicamente hoy. Pero, ¿qué recordatorio podrías usar?

Bendiciones.