Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra
En la porción del día de ayer pasaron unos cuantos días solamente; en la porción de hoy pasan varios siglos, siglos en que la población de la tierra decidió darle la espalda a Dios. En el capítulo 4 vemos a Caín terminando con la vida de su hermano, después de que Dios rechaza la ofrenda que él trae.
Encontramos la primer muerte y también lo escuchamos mentir, lo escuchamos enfadado con Dios, molesto por el castigo que le fue impuesto. De ahí en adelante pareciera que el pecado se contagia. Vemos a Lamec en adulterio y lleno de orgullo por haber matado a un hombre. Por eso no nos es extraño encontrar un capítulo 5 lleno de muerte. Cada generación, representada en el nombre de cada padre, muere.
Pero lo que sí es extraño es lo que sucede con un hombre llamado Enoc.
A diferencia de todos los demás, Enoc no muere. Acerca de Enoc se nos dice que caminaba con Dios, tenía una comunión íntima con Él. No se nos dice más pero es muy claro: el que tiene una comunión íntima con Dios no muere.
¡Qué gran esperanza!
Pero seguimos leyendo los capítulos 6 y 7 y nos dimos cuenta de que la rebeldía del hombre parece no tener freno. Ésta continúa hasta que Dios trae un juicio sobre toda la tierra, el diluvio. No sin antes escoger a un hombre cómo Enoc, un hombre que caminaba con Dios llamado Noé, al que por gracia salva junto con su familia y una gran cantidad de animales en un arca de madera. Y Dios es quién cierra la puerta.
Hoy el arca es una cruz; la cruz donde Jesús murió por nuestros pecados para salvarnos. Y la puerta sigue abierta. Aún no se ha cerrado.
¡QUÉ GRAN ESPERANZA!
Acerca de este Plan
Leamos juntos el Antiguo Testamento y sigamos conociendo y dando a conocer a Jesucristo a través de las Escrituras.
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Nos gustaría agradecer a Semilla de Mostaza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.semillamexico.com/