Dios, ¿Qué hay de mi?Muestra
¿Funcionan mis oraciones?
¿Alguna vez se te ha presentado algo y tu respuesta fue “¡ESTO no fue por lo que ayuné!”? Te privaste de alimento, oraste, clamaste y después de todo, el resultado fue contrario a lo que oraste. Una experiencia como esa nos lleva a preguntarnos si debiéramos dejar de orar y depender de otras cosas; o puede llevarnos a hacer oraciones “seguras”, las cuales no aumentan nuestra fe.
La verdad es que Dios no necesita que protejamos Su prestigio al pedirle solamente cosas que consideramos que son seguras o sencillas. Con ese pensamiento limitamos la capacidad de Dios para hacer lo imposible y para dar a conocer verdaderamente Su gloria y su poder en este mundo. Dios me mostró que cuando oro por lo que necesito, sin importar cuán grande o pequeño sea, fortalezco mi creencia de que Él es un Dios capaz y dispuesto; también preparo mi corazón para darle las gracias que merece. Dios también me advirtió, no hace mucho tiempo, que me cuidara de mi temor a la desilusión cuando oro. Dios me mostró que esto puede ser un obstáculo directo a mis oraciones. Dios responderá, e incluso si no responde en la forma que espero, sé que Él se va a glorificar tal como lo dice en Su palabra.
No podemos permitirnos dejar que nuestras emociones guíen siempre nuestras oraciones. Nuestras emociones pueden llevarnos a orar directamente por la destrucción de quien esté “detrás” de la situación. Sin embargo, cuando buscamos conocimiento de parte de Dios sobre nuestra situación, sabremos si es el resultado de una obra del enemigo o de algo organizado divinamente por un Padre omnisciente
Por ejemplo, mientras Jesucristo oraba en el Jardín de Getsemaní, no lo hacía en contra de los fariseos ni de Judas que al parecer estaban “detrás” de su traición. Su oración se enfocó en la voluntad de Dios, incluso en su sufrimiento.
Así que la pregunta debería ser, ¿hacia la VOLUNTAD de quién diriges tus oraciones?
Acerca de este Plan
Cuando sentimos que la vida nos deja atrás y la voz de la comparación se hace más fuerte al pasar los días, a menudo no logramos ver a Dios obrando entre nosotros. En estos momentos es cuando más se ejerce nuestra fe. Lee este devocional y anímate al esperar en Dios.
More