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Dios, ¿Qué hay de mi?Muestra

God, What About Me?

DÍA 1 DE 5

Sintiéndose olvidado

El dolor de sentirse olvidado por Dios es extremadamente difícil de soportar. Puedes intentar mantener el poco de fe que te queda y luego rechazarla completamente, puesto que ¨mantener la fe¨ se transforma en un recordatorio de todas las cosas que no tenemos. 

Sin embargo, ¿Es Dios capaz de olvidarse de nosotros, aunque así lo sintamos?

Isaias 49:15 NVI dice: "¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré!"

Por tanto, es imposible que Dios te olvide. No está en su naturaleza, y lo que Él es, no le permite hacerlo. Puedes confiar en Su palabra mas allá de lo que sientes, puesto que Él es el Dios que exalta Su palabra por encima de su nombre. Aunque a veces nos sintamos abandonados por Dios, en realidad nunca lo estamos. Sin embargo, ese sentimiento no debe ser ignorado. El sentimiento de abandono es una oportunidad para que experimentemos Su presencia y Su soberanía en nuestra vida de maneras inusuales.

Como padres primerizos, hemos aprendido que aunque amamos a nuestra hija más que a nosotros mismos, habrán momentos en los que ella no se sentirá amada por nosotros en base a su visión y percepción limitada de la vida. Esto no cambia el hecho de que innegablemente la amamos con locura. De la misma manera, nuestro Padre Celestial tiene planes para nosotros, y esos planes no siempre nos harán "sentir" que Dios nos ama. 

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Por qué basamos la calidad de la paternidad de Dios en lo que lo vemos hacer físicamente por nosotros o por los demás? Reflexiona sobre esto por un momento. 

Parecería que nos olvidamos que Dios no se encuentra limitado por este mundo físico ni tampoco por la carne. Incluso el tiempo tiene un amo, y su nombre es Jehová, tu Padre Celestial. 

Recuerda que aunque no te hayan escogido para ese trabajo, para ese rol, para ese ascenso... o aunque esa persona no te escogió para casarse; tú sí eres la elección de Dios. No podemos culpar de esto a Dios porque, en lo que a Él respecta, fue Él quien nos amó y nos escogió primero. 

El propio padre de David, Isaí, no lo eligió a él cuando Samuel fue a su casa a ungir como rey a uno de sus hijos. ¡Ni siquiera consideró a David! Fue casi como que Dios le hubiera permitido a Isaí que le mostrara cuál de todos sus hijos era su elegido para convertirse en rey. Entonces, Dios intervino y demostró que aquel que fue olvidado, era el que Él había elegido. 

Día 2

Acerca de este Plan

God, What About Me?

Cuando sentimos que la vida nos deja atrás ​​y la voz de la comparación se hace más fuerte al pasar los días, a menudo no logramos ver a Dios obrando entre nosotros. En estos momentos es cuando más se ejerce nuestra fe. Lee este devocional y anímate al esperar en Dios.

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Quisiéramos agradecer a David y Ella por proporcionar este Plan. Para más información, visita: http://davidnella.com