Persiguiendo La GrandezaMuestra

Hombre del Reino

No hay nada que me guste más de mi vida que ser hombre. Amo a mi esposa, a mi familia y a mi vocación. Pero todo eso se basa en el cumplimiento de una realidad mayor: ser un hombre. A veces me despierto en la mañana y antes de que mis pies toquen el suelo, digo: "Evans, es genial ser un hombre". Todo el día se avecina suplicando ser explorado, experimentado y conquistado.

Hay algo inherente en el ADN de la hombría que insta a los hombres a estar a la altura de las circunstancias, resolver la ecuación, proteger, defender, derrotar y restaurar. Los desafíos de la vida se burlan de nosotros para desafiarlos. Responsabilidades nos llaman para cumplirlos. Me encanta ser un hombre.

Si eres un hombre, deberías amar ser un hombre. Más que eso, deberías amar ser un hombre del reino. Ser un hombre del reino es el destino de todo hombre. Y toda mujer sueña con estar con uno. Porque cuando un hombre del reino gobierna bien su reino, todos se benefician.

Todos pueden descansar bien.

En la casa de los Evans, tenemos un símbolo cuando surge un problema. Son tres dedos. Eso es todo. Cuando levanto tres dedos, y sin tener que decir una palabra, inmediatamente puedo ver la tensión en el rostro de mi esposa o en quienquiera que esté hablando para que se vaya. Se va porque esos tres dedos les recuerdan tres palabras: yo lo tengo.

Yo lo tengo.

Cuando digo "yo lo tengo", eso significa que a quienquiera que se lo diga no tiene que cargarlo, preocuparse por eso o intentar resolverlo. Asumiré la responsabilidad por ello. Y si es algo que no puedo resolver, proporcionaré la comodidad, la estabilidad y la empatía necesarias para superarlo.

No significa que hagas todo de forma literal y tangible. Significa que se encarga de que todo sea hecho.

Cuando haya demostrado a los que están dentro de su esfera de influencia que es confiable, responsable, y que se responsabilizas de arreglar, resolver o simplemente llevar la carga de lo que no se puede resolver, los has liberado para que descansen. Los ha liberado para que se relajen porque saben que pueden confiar en el hombre que les has demostrado a través de acciones pasadas que lo tiene. Como hombre del reino, los que lo rodean deben saber que lo tienes.