Jesús Y La Oración Muestra

La oración y el fortalecimiento de Dios

Al leer los versículos de Mateo 26:36-44, encontramos la oración de Jesús antes de pasar por la crucifixión. Jesús sabia que todo que él pasaría sería extremamente difícil y doloroso, por eso él estaba angustiado y afligido. Al se sentir así Jesús recorrió a la oración. Tres veces él pidió al Padre para librarlo de aquél sufrimiento, caso fuese posible, pero si no fuese posible, él se rendiría a la voluntad de Dios. Jesús quería que la voluntad del Padre prevaleciera. 

Cuando nosotros enfrentamos situaciones difíciles, normalmente queremos huir de ellas, pero muchas y muchas veces es necesario pasar por circunstancias así. Son en las probaciones que nos tornamos perseverantes, maduramos y nos tornamos íntegros (Lea Santiago 1:2-4). 

Esas oportunidades son extraordinarias para crecer en humildad y rendición. Podemos así como Jesús, pedir a Dios si es posible nos sacar de esa situación, pero caso no sea posible, que sea hecha la voluntad de Él.

El increíble es que al leer ese mismo texto en el evangelio de Lucas, descubrimos un detalle muy importante: mientras Jesús oraba, afligido y angustiado, vino un ángel del cielo para fortalecerle.

Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Lucas 22:41-43

Así acontece con nosotros. Al sentirnos afligidos y angustiados en alguna situación, recibimos fuerza de Dios mientras oramos. Por medio del Espíritu Santo, nuestro ayudador y consolador, Él nos ayuda en nuestras debilidades y nos fortalece.

No tenga miedo, aunque usted enfrente grandes desafíos y algunas veces quiera huir de ellos, usted puede confiar en la voluntad perfecta de Dios y mismo en los momentos angustiantes, descansar en Él, pues Él mismo le ayuda y le fortalece.