La armadura de DiosMuestra

Apuñalamiento espiritual

De todos los elementos que Pablo menciona en Efesios 6 de la armadura espiritual, la espada es la única pieza ofensiva que se utiliza con el propósito de pelear. El resto de los elementos de la armadura son para nuestra defensa personal, con tal de que nos mantengamos firmes en la victoria que Jesús nos ha dado. Esta espada del Espíritu es la Palabra de Dios. No se llama la espada de Jesús o la espada del Padre, sino la espada del Espíritu Santo. Esto significa que el Espíritu Santo es quien da poder a la Palabra de Dios. El poder del Espíritu es liberado por la Palabra de Dios.

La victoria sobre el enemigo es posible al usar la espada. Jesús nos dio ejemplo en el desierto. Él ni siquiera usó Su propio nombre o naturaleza divina para vencer al tentador, Él usó las Escrituras. Él usó la espada de la Palabra de Dios, y es la espada la que funciona siempre.

Es importante enfatizar que Jesús habló las Escrituras en voz alta contra el diablo. “Pero Él respondió y dijo, ‘Escrito está’” (Mateo 4:4). La mayoría de los ataques del maligno serán en nuestra mente, pero nuestra batalla contra estos ataques debe ser con nuestras bocas. Cuando el diablo tira dardos en forma de pensamientos o sentimientos, no respondas con "pensamientos". Abre tu boca y habla las Escrituras tal como Jesús hizo. La Palabra de Dios declarada con nuestras bocas tiene el mismo poder que la Palabra de Dios dicha por Jesús. Luchar contra pensamientos demoníacos con pensamientos humanos no trae victoria. Los ataques demoníacos se pelean con la espada que es la Palabra de Dios dicha de tu boca.

Lucha contra el enemigo espiritual usando la espada del Espíritu Santo declarando la Palabra de Dios en voz alta. Puede sonar extraño y se sentirá extraño al principio, pero recuerda que tus palabras son puñaladas en el reino espiritual: afectan al maligno aún si no lo ves con tus ojos físicos. Cada vez que hablas las Escrituras, estás apuñalando al tentador. Esto es lo que pasa en el reino espiritual. Después de un tiempo, el diablo huirá de ti así como lo hizo con Jesús.