Los hijos... ¡grandes maestros!Muestra

Día 3

Lo que aprendía acerca de la alegría y los juegos

¡Qué alegría es ver a los hijos sonreír y disfrutar de sus ocurrencias! Me encanta ver a mis hijos felices. La sonrisa de un niño es contagiosa. Cuando los niños ríen cambian la atmósfera de cualquier lugar. No importa cómo esté tu humor, si ves o escuchas reír a tu hijo, de seguro también terminarás riendo. La risa es un idioma universal, es contagiosa, primitiva, natural e instintiva. 

Los niños ven el mundo de manera diferente. Ellos siempre están alegres, con energías y ganas de jugar. El juego es parte esencial para el buen aprendizaje. Lamentablemente, según revelan algunos estudios, el tiempo que los niños utilizan para jugar ha disminuido en gran manera. En el 1981 en Estados Unidos los niños norteamericanos usaban el 40 % de su tiempo para jugar y en el 2002 esa cifra había bajado al 9%, según informó el New York Times. La tendencia es que según pasan los años los niños juegan menos y es debido a la tecnología. Así que, como padres, nuestro reto es provocar momentos de juegos y risas con nuestros hijos.

Nuestros hijos quieren jugar con nosotros. Saquemos siempre momentos para jugar y aprender con ellos, porque crecen muy rápido.

“Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo”. (Salmos 100:2)  La alegría es reflejo de bienestar y es un requisito para estar delante de nuestro Padre. Dios nos brinda su presencia protectora y a través de su Palabra nos permite descubrir que quiere que vivamos en plenitud, bendecidos y gozoso. Debemos tener un corazón alegre y en sintonía con Dios, quien se goza llenándonos de bendiciones, mientras cumplimos su propósito aquí en la Tierra. 

Creo que solamente los que somos madres y padres podemos entender esta dimensión del amor de Dios. Parecido a Él, anhelamos para nuestros hijos lo mejor y cuando los vemos sonreír sentimos la satisfacción de que hacemos bien lo que nos corresponde. 

Juega y disfruta con tus hijos, esfuérzate por crear momentos de alegría y juegos que quedarán grabados por siempre en sus corazones.

El hogar debe ser un lugar lleno de Dios y esto debe verse reflejado en el gozo y armonía de los miembros de la familia. Deseo que Dios bendiga tu hogar y lo inunde de su amor y alegría, en el nombre de Jesús, amén.