La Dirección de DiosMuestra

Su Camino, Mi Actitud

Para seguir la dirección de Dios debemos estar atentos a su voz pero también atentos de lo que está a nuestro alrededor ya que podemos distraernos o incluso perdernos del camino que Dios ha trazado para nosotros. Dios nos ha dado la libertad para elegir por aquello que es correcto, pero al final la decisión depende de ti, no tanto de los factores externos que puedan estar a tu alrededor sino de intención, decisión y actitud del corazón.

En el camino de buscar la dirección de Dios debemos de cuidarnos de actitudes que están sujetos a nuestra naturaleza humana y que constantemente luchamos con ellos para agradar a Dios. Uno de ellos es la desobediencia, sin duda alguna es una de las principales razones por las cuales nos encontramos en caminos equivocados, nos encontramos a la deriva. 

Las instrucciones de Dios son claras y son sencillas, son siempre para nuestro bienestar sin embargo nos cuesta muchas veces ver lo que Dios tiene preparado para nosotros porque anteponemos sus instrucciones por nuestro deseo, interés y voluntad, pero si estamos en Cristo esto es completamente diferente, ya no actuamos bajo esta naturaleza de desobediencia sino, en una actitud de obediencia a Dios. 

Otra actitud de la cual debemos cuidarnos es la arrogancia, muchísimas veces hemos tomado decisiones equivocadas porque no tomamos en cuenta a Dios en nuestros planes, es como si nos encontrásemos en una película donde los más importantes somos nosotros y sacamos a Dios de escena, cuando en realidad el importante es él ¿cómo podríamos sacar de escena a la persona por la cual tú vives, que es el Creador de todo lo que existe? Corremos y nos afanamos por lograr nuestros sueños, nuestras metas, nuestros planes y deseos, pero te has preguntado ¿Estoy trabajando para lograr el sueño de Dios? ¿Estoy caminando en pos de su plan, su deseo y la meta que él tiene para mi vida?  

Sencillamente muchas veces nos concentramos en nosotros mismos y fijamos nuestros caminos, el YO crece en nosotros tanto que nos olvidamos de tomar en cuenta a Dios en nuestros caminos, la arrogancia nos hace creer que no necesitamos consejo, que no necesitamos dirección porque ya nosotros la tenemos. ¿Cuántas cosas nos evitaríamos si pediésemos Su dirección? Quiero decirte que es tiempo que nos humillemos a nosotros mismos y abrirnos al consejo de Dios para nuestra vida, deja que él dirija tus pasos, porque sus caminos son mejores que los nuestros. 

Dios te agradezco porque sé que tus planes para mi son de bien, tus caminos son perfectos y mucho mejor de lo que pueda imaginar, quiero caminar en obediencia a ti, ayúdame a obedecerte con todo mi corazón, a seguir tus instrucciones y tus mandamientos para mi. Me arrepiento por todas las veces que no te he tomado en cuenta, pero hoy quiero que tú me tomes en cuenta, quiero ser parte de tu plan, quiero ser parte de tu propósito y quiero que cumplas todos tu planes en mi vida. En nombre de Jesús ¡Amén!