Hijos libres en un mundo cautivoMuestra
DÍA 3: MI CORAZÓN NO SE CONTAMINA
En el anterior devocional, realicé la siguiente pregunta: ¿Cómo podemos pensar en reflejar a Cristo si pasamos más tiempo coqueteando con el pecado, orando y buscando de Dios? Daniel tuvo una particular forma de enfrentarse a Babilonia y comportarse como un Hijo Libre, él <<propuso en su corazón no contaminarse…>> (Daniel 1: 8 – 9)
Obediente al mandato de Dios (Deuteronomio 14), se le ofreció la comida del rey, no cualquier comida, solo la mejor y más selecta, las mejores carnes y el mejor vino. Pero Daniel lo rechazó por obedecer lo que en la ley de Moisés Jehová había ordenado.
Aprendamos a guardar nuestro corazón y separarlo para Dios. En la Biblia se habla de la maldad en el corazón del hombre (Jeremías 17:9), y es producto de nuestra naturaleza caída (Santiago 1:14). Nosotros mismo tenemos muchos deseos y pecados de los cuales somos conscientes cuando ya estamos en Cristo, porque Él quita las vendas de los ojos (2 Corintios 3:16). Cuando decides convertirte a Dios, obedecer lo que dice su palabra y seguir sus caminos, es que Dios te muestra tu condición. Muchos vivimos en una religión monótona, solamente criticando a los demás, pero no vemos lo que Dios nos quiere mostrar, porque no tenemos una relación personal con Él (Salmos 139: 23).
Así que, si quieres guardar tu corazón para Dios, tienes que empezar a llenarlo de Jesús, leyendo la palabra diariamente y tener una relación personal con Él a través de la oración. Puedes cambiar lo que antes hacías, por hacer cosas que Jesús haría, es decir, tienes que menguar (Juan 3:30). Por eso dice Jesús que hablamos lo que tenemos en el corazón (Mateo 15: 18). Cuando empieces a llenarte de Jesús, vas a tener más santidad y podrás actuar y hablar reflejándolo solamente a Él. Recuerda que el mundo no necesita de ti, sino de Jesús; Daniel sabía muy bien que con su humanidad no podría vencer a Babilonia, por eso reservó su corazón para llenarlo de Dios y luego dar de Él. Haz lo mismo, empieza a ocuparte en los negocios del Reino, busca una relación cercana con Dios, una relación íntima y pon tu corazón en sus manos, para que Él se empiece a reflejar y tú empieces a desaparecer.
Te animo a proponer en tu corazón no contaminarte con lo que el mundo te ofrece, cierra tus ojos ante la tentación y huye de ella si no puedes vencerla. Tus manos resérvalas solamente para alabar a Dios, y tu boca que declare solamente de Él, así también, limpia tu corazón del rencor, de la envidia y el odio, y llénalo del amor que Dios tiene para ti.
Muchas veces tenemos solo palabras de ira, renegamos constantemente y vivimos resentidos con la sociedad. Puede que hayas perdido a algún ser querido, tal vez fuiste lastimado por uno. Posiblemente venimos de una familia separada, pero ese corazón lastimado y pecador tiene sanidad, cualquier vacío que tengas en tu corazón, Dios lo puede llenar (1 Pedro 2: 21 – 25). Jesús se entregó por ti, para completar el plan del Padre de hacer de todos nosotros sus Hijos íntimos; y estás en los planes de Dios. Él se entregó por tus errores y fracasos, y calma tu sed, también puede restaurar las ruinas en tu familia y sanar todas tus heridas. “Por sus llagas hemos sido sanados” y ya no tienes nada que temer. Que la sangre de Jesús limpie tu corazón y ponga un nuevo fuego en ti, decide hoy dárselo a Él. Solo en sus manos estás seguro.
La vida de Daniel, y su impactante historia comienza aquí. También puedes ser testigo de obras poderosas de Dios en tu vida, a partir de esta decisión.
Quiero reflexionar contigo en la siguiente pregunta: ¿Cómo está el fuego del amor por Dios en tu corazón? ¿Lo amas y guardas tu corazón en Él?
¿Sabes? A veces vamos a fallar y ser débiles, siempre vamos a tropezar mientras estemos en este mundo; pero en lo que debes concentrarte es en poner tu corazón en las manos de Dios, y puedes empezar hoy. Si esta semana te dañaron, si te insultaron, si tentaron tu integridad y has querido resbalar, tal vez nacieron sentimientos incorrectos y te fue difícil dejarlos, puedes orar ahora mismo a Jesús, y Él promete cuidar tu corazón con amor y saciar esa sed que te debilita ante las batallas.
Levanta un muro de integridad alrededor de tu corazón y día a día, ladrillo a ladrillo, cúbrelo con la sangre de Cristo, para que sea impenetrable contra el enemigo.
Recuerda que eres un hijo muy amado de Dios. Búscalo porque te espera.
Abrahan Gonzáles
Discipuladores21
Acerca de este Plan
¿Alguna vez has sentido que tus creencias y estilo de vida no encajan en el lugar dónde estás? ¿Has sentido presión de ir contra tus principios cristianos? En este devocional, estudiaremos el libro de Daniel cap. 1 y aprenderemos cómo Daniel pudo mantenerse firme como un hijo libre en un mundo cautivo. ¡Bienvenido!
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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://perunororiente.com/conoceajesus/