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Hijos libres en un mundo cautivo

DÍA 4 DE 10

DÍA 4: MI IDENTIDAD

El pueblo de Dios era escogido para darle la Gloria; pero desobedecieron e hicieron todo lo contrario a lo que Él les demandó (2 Reyes 24: 8 – 10), sus reyes mismos se apartaron y dejaron a un lado su identidad como Pueblo de Jehová. En consecuencia, Babilonia se apoderó de ellos porque decidieron hacer conforme a sus deseos. 

Podremos observar una gran cualidad de Daniel, es que él estaba muy seguro de cuál era su identidad. No solamente porque fue educado en la ley de Moisés y en los 10 mandamientos; sino porque en su corazón le creía a Dios. Por ejemplo, cuando se les ofreció participar de la comida del rey, él se negó porque estaba totalmente convencido que era pecado ante los ojos de Jehová (Daniel 1:8b). No importaba la situación o el lugar donde Daniel se encontraba, él era un judío fiel a su Dios, y debía comer lo que estaba escrito. 

Daniel se aferró a su condición de hombre de Dios, parte de un pueblo separado por Dios, a pesar de que todo estaba al revés, él estaba dispuesto a morir, determinado a cumplir con lo que se le había enseñado desde pequeño (Juan 16: 33). En el mundo vamos a pasar persecución, vamos a ser tentados y pasaremos por innumerables pruebas, pero lo importante es tener una identidad clara, somos el Pueblo de Dios, somos Hijos de Dios. 

Explicaré muy bien este punto, cuando vivíamos en el mundo, éramos esclavos del pecado y nuestro amo era Satanás (Juan 8:44). Satanás es mentiroso, ladrón y castigador; él solamente quiere hacernos daño, y es por el poder de Jesús que hemos sido salvados de esas feroces garras. Por eso Jesús afirma que nos hizo libres (Juan 8: 35 – 36), no solamente nos hace sus siervos, porque si así fuera no heredaríamos la vida eterna, sino que nos hizo hijos, y como hijos somos eternamente libres de todo yugo del pecado y herederos de la vida eterna. Solamente en Jesús logramos ser Hijos de Dios. Somos hijos de Dios, adoptados por el Padre eterno a través de Jesús (Juan 1:12). 

Esa es tu identidad, no le perteneces al pecado, ya no eres parte del pasado, porque Dios se ha deshecho de todo aquello y te ha vestido de Jesús. Y no solamente somos simples hijos, sino que somos amados por Él (Efesios 5: 1 – 2). Este era el plan desde el inicio, ser hijos suyos para tener una comunión cercana a Él (Mateo 6:6), no nos dice que vamos a su presencia como culpables, sino que nuestro PADRE está esperándonos. Dios no solo te espera en su secreto, sino que se alegra que vayas a Él, y que lo reflejes  cuando empiece tu día (Efesios 5: 8). 

Dios te ama porque eres su creación, y porque te ha visto crecer en esta vida (Salmos 139: 13). Si no tienes a Jesús en tu corazón, te invito a buscarlo y a ser adoptado por el Padre. Él te ama, porque al crearte, diseñó un plan para ti, para que tengas vida eterna y tenerte a su lado para siempre (Salmos 139: 14 – 16). No estás destinado para el infierno, Él tiene planes mucho mayores para ti (Jeremías 29: 11), un camino de protección y cuidado. Acéptalo en tu corazón, no se trata de que tú le ames, sino del amor que Él tiene para ti (1 Juan 4: 10). La relación con Dios no se trata de amarle igual, porque jamás lo haremos, sino que su amor es más poderoso que nuestra debilidad; y al restaurarnos, lo amamos; y al conocerlo, aprendemos a amarlo más.

Eres su hijo, no eres un perdedor; eres su hijo, no eres esclavo. Eres hijo amado, no estás solo. Eres un hijo escogido, no eres un accidente; Dios te ha planeado y por eso estás aquí. Eres una hermosa creación, no eres todo lo que tus acusadores te dicen. Eres un hijo de Dios, adoptado y amado por la eternidad, no desperdicies el don que hay en ti. Ve y no peques más. 

¿Quieres ser un hijo de Dios? ¿Has correspondido al amor de Padre que tiene Dios contigo? ¿Disfrutas de la compañía de tu Padre?

Quiero que sepas que Dios se alegra que llegues a su presencia. Solo mira el ejemplo del hijo pródigo, él cuando llega a casa después de haber desperdiciado su vida, no encuentra a un Padre enojado. El padre de aquel muchacho desobediente corre hasta él y lo besa, lo viste y le devuelve su anillo de heredero. Cada vez que vas a orar, Dios corre hasta ti, y hay canciones de libertad a tu alrededor, por eso tu alma salta de alegría. Él besa tus heridas y las sana todas, te habla de su amor y su gracia, y tiene un banquete de misericordia para ti. Él hace todo eso porque te ha vestido de Jesús, y reemplazó tu ropa de esclavo por ropa de hijo.

Siéntete amado por Dios y que tu relación tenga como fundamento su amor. 

 Abrahan Gonzáles

Discipuladores21 

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Acerca de este Plan

Hijos libres en un mundo cautivo

¿Alguna vez has sentido que tus creencias y estilo de vida no encajan en el lugar dónde estás? ¿Has sentido presión de ir contra tus principios cristianos? En este devocional, estudiaremos el libro de Daniel cap. 1 y aprenderemos cómo Daniel pudo mantenerse firme como un hijo libre en un mundo cautivo. ¡Bienvenido!

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Nos gustaría agradecer a DISCIPULADORES21 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://perunororiente.com/conoceajesus/